200 MILLONES DE MUJERES VIVEN CON MUTILACIÓN GENITAL FEMENINA: UNICEF

8b6d56a74436ccfb6e63b3ef1bbf4e1d1d25fe25De acuerdo con un informe del Fondo De Las Naciones Unidas Para La Infancia (UNICEF), publicado en el marco del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina (MGF abreviatura de esta práctica), al menos 200 millones de mujeres y niñas en 30 países, viven con este tipo de amputación.

Asimismo, se precisa que 70 millones más de víctimas han sido sometidas a la “violenta práctica”, en comparación con la cifra prevista, sin embargo, se desconoce el número exacto.

Geeta Rao Gupta, subdirectora ejecutiva de UNICEF, detalló: “En cada caso, la MGF viola los derechos de las niñas y mujeres”. Por ello, “debemos acelerar los esfuerzos —gobiernos, profesionales de la salud, líderes de las comunidades, padres y familias— para erradicar la práctica”.

Mutilación en menores de cinco años

Aunque la amputación de los genitales femeninos se realiza en muchos países, el informe indica que más de la mitad de quienes han sido sometidas a la misma, viven particularmente en tres naciones: Indonesia, Egipto y Etiopía. La mayor cantidad de mutilaciones que ocurre en mujeres de entre 15 y 49 años, se efectúa en Somalia, Guinea y Yibuti.

En gran parte de dichos países, la mayoría de las niñas sometidas a la práctica son menores de cinco años; una cuarta parte de los casos en el mundo, se trataba de menores de 14 años.

Josephine Akissi Coulibaly, una ex escisionista en Costa de Marfil, comentó que empiezan a los tres meses: “Son pequeñas y lo hacemos. A veces tienen 18 años. Otras veces incluso son madres. A menudo sangran”.

Aunque la mutilación genital es ilegal en muchos países, algunas comunidades consideran la práctica como parte de sus tradiciones culturales.

Por su parte, Molao Bomisso, director nacional de OIS Afrique -un asociado de UNICEF-, destacó: “Cuando intentas convencer a una escisionista, ella no prestará atención porque ese es su sustento, pero seguimos insistiendo e insistiendo”.

Generalmente, la MGF se ejecuta en condiciones carentes de higiene, suministros y medicamentos. Por ello, muchas niñas y mujeres sufren infecciones, dolorosas cicatrizaciones, discapacidades a largo plazo y en algunos casos la muerte.

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