En 1995 fue la primera vez que un hombre, Madeylen Tolentino de Canóvanas, Puerto Rico, aseguró ver al chupacabras, bestia que describió como “un ser terrorífico, parecido a un extraterrestre”.
Después, otros pobladores lo describieron como una criatura bípeda, de entre 1.20 y 1.50 metros de altura, con grandes ojos, púas a lo largo de su espalda y largas garras, que succionaba la sangre del ganado a través de perforaciones en el cuello.
Luego de que los atroces ataques en Puerto Rico, la leyenda se volvió viral y se hizo presente en América Latina y el sur de Estados Unidos.
En México, uno de los casos más sonados se registró en Puebla, en 1996, donde 30 ovejas fueron supuestamente asesinadas por la temible bestia, hecho que fue informado por Televisa, empresa que cubrió ampliamente el tema.
Después, el ‘ufólogo’ Jaime Maussán narró la historia de un hombre que aseguró fue atacado por el chupacabras.
José Angel Pulido, un trailero originario de Tlajomulco, Jalisco, dio su testimonio de haber sido atacado el 2 de mayo de 1996, por un extraño ser de 60 centímetros de altura y un cuerpo gelatinoso. El hombre, de acuerdo con Maussán, conducía su tráiler cuando de repente un animal brincó la cerca de un corral cercano y lo atacó.
En defensa, Pulido golpeó al animal hasta que logró zafarse. Al llegar a su casa y ser interrogado por su familia, el hombre se dirigió a un hospital, donde un supuesto doctor Mario Rivas le aseguró que sus heridas eran similares a las del célebre chupacabras.
Mientras la leyenda del chupacabras iba creciendo, pobladores de ciudades como Sinaloa comenzaron a dormir con armas por temor a la bestia, que y ano sólo atacaba animales
Después del pánico, el chupacabras fue considerado una cortina de humo del entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, para desviar la atención del reciente asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, la lucha zapatista y el régimen priista.
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Fuente: Radio Formula