El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo argentino, Mauricio Macri, inauguraron ayer una nueva etapa de acercamiento tras años de desencuentros y mutua desconfianza al acordar un mayor intercambio comercial y cooperación en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Obama reconoció de forma implícita la vinculación de Estados Unidos con la dictadura militar que gobernó el país sudamericano entre 1976 y 1983, pero señaló que su país “ha emprendido mucha autocrítica” sobre el rol que tuvo en los años setenta en la región.
A 40 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO
La visita del mandatario estadounidense fue cuestionada por organismos de derechos humanos por coincidir con el 40 aniversario del golpe de Estado que instauró la dictadura en la que desaparecieron miles de disidentes políticos, obreros y estudiantes.
Obama expresó su esperanza de “reconstruir la confianza y la fe” entre su país y Argentina y ratificó que ordenará la apertura de nuevos archivos sobre la dictadura en poder de la inteligencia y las fuerzas armadas de Estados Unidos.
EL MANDATARIO NORTEAMERICANO VISITA HOY EL PARQUE DE LA MEMORIA DONDE SE RECUERDA A LAS VÍCTIMAS DE LA REPRESIÓN.
Los organismos de derechos humanos decidieron no participar del encuentro.
Movimientos de izquierda se manifestarán en repudio a la visita de Obama.
El mandatario visitó varios sitios históricos, tomó mate, recibió una bicicleta eléctrica que le regaló Macri, y hoy tiene planeado visitar la ciudad turística de Bariloche.