La depresión es la enfermedad del siglo XX que afecta a más de 350 millones de personas en el planeta y se estima que para el 2020, sea la segunda causa de discapacidad, solo después de las enfermedades cardiovasculares, asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este padecimiento se manifiesta por un cambio en el estado de ánimo, tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa, falta de autoestima, sensación de cansancio, falta de concentración, así como trastornos de sueño o apetito.
La depresión llega a afectar el desempeño laboral, escolar, así como las relaciones familiares y sociales. Cuando es leve, se puede tratar sin necesidad de medicamentos, pero cuando es considerada moderada o grave se necesita terapia profesional y medicamentos.
Hay estudios científicos que aseguran que existen alimentos que provocan respuestas adictivas en el cerebro, tal como sucede cuando se consumen drogas y tabaco, debido a que contienen saborizantes, conservadores y aditivos con efectos nocivos para la salud.
CEREALES REFINADOS.- El consumo de estos alimentos, así como las harinas refinadas aumentan las probabilidades de sufrir depresión, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Londres.
COMIDA FRITA.- Los alimentos ricos en grasa saturada contribuyen a desarrollar conductas depresivas, por las reacciones químicas que se producen en el cerebro.
ALIMENTOS PROCESADOS.- Investigadores de Gran Bretaña publicaron en la revista Británica de Psiquiatría que este tipo de comida aumenta el riesgo de desarrollar depresión, ya que contienen sustancias químicas nocivas que favorecen la aparición de enfermedades cardiovasculares e inflamación. Entre ellos están las carnes, embutidos, chocolate y postres azucarados.
ENDULZANTES ARTIFICIALES.- Especialistas en Estados Unidos determinaron que todos los endulzantes artificiales producen depresión del sistema nervioso.
El endulzante frena la producción de serotonina y dopamina, lo cual podría ser causa de depresión y ataques de ansiedad.
La Universidad Navarra confirma que este tipo de alimentos propician este trastorno, ya que en exceso aumentan la producción de determinadas moléculas como la citonina, la cual puede reducir la producción de serotonina, encargada de generar un estado de bienestar.
LÁCTEOS ALTOS EN GRASA.- Las universidades de Navarra y Las Palmas de Gran Canaria, España, relacionaron el consumo de grasas trans y saturadas con el desarrollo de depresión, mismas que se encuentran en los lácteos.
ALCOHOL.- Su abuso por un tiempo prolongado desencadena depresión, ya que interfiere en receptores del sistema nervioso, aunque aún no se determinan los mecanismos asociados a esta reacción, confirma un estudio publicado en la revista Archives of General Psychiatry.
REFRESCOS.- Un estudio del Instituto Nacional de la Salud afirma que consumir más de un litro de estas bebidas al día provoca depresión y si éstas son dietéticas y de sabores, las probabilidades aumentan.