BODA SIMBÓLICA ENTRE PADRE E HIJA: UN SUEÑO ANTES DE PARTIR

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Andy Barnard, soñó con brindar a su única hija la boda de sus sueños, sin embargo, la pequeña Amapola-Mai -de 16 meses- fue diagnosticada con un tumor cerebral y sólo le dieron dos días de vida.

Ante el pronóstico, amigos de Andy prepararon “la boda de la pequeña Amapola-Mai”, a quien casaron con su padre, en una triste ceremonia simbólica.

Amapola-Mai llegó al altar en compañía de su madre Sammi Barnard y sus hermanos mayores Rylee (6 años) y Jenson-Jay (4 años).

La tragedia comenzó el pasado 14 de febrero, cuando la madre de Amapola-Mai llevó a su hija al médico porque tenía malestares estomacales. Estando en consulta, la menor perdió el equilibrio y se desvaneció; el médico no dio importancia al suceso y sólo recetó un laxante. Entonces, ella empeoró y sus padres notaron un bulto en su pecho.

La niña comenzó a rechazar alimentos y líquidos, además de que casi no se movía. Diez días después, acudieron con otro médico, quien también prescribió un laxante, pero al día siguiente -por la tarde- la llevaron al hospital porque presentaba vómito.

“Sus niveles de calcio eran demasiado altos y tuvieron que preocuparse de eso en primer lugar antes de que pudieran darse cuenta qué estaba mal. En el peor de los casos, me imaginaba que solo podría tener una infección muy grave”, afirmó la madre.

En ese momento, el padre de la pequeña estaba laborando en Estados Unidos, pero debido a las noticias desalentadoras regresó a Londres, Inglaterra, donde le informaron que una masa cancerígena se expandía vertiginosamente en el estómago su hija.

El matrimonio decidió dar la batalla a la enfermedad, pero los médicos diagnosticaron un cáncer maligno en riñones y pulmones. La menor fue sometida a quimioterapia, pero el 16 de marzo hallaron un tumor inoperable en su cerebro y le restaban dos días de vida.

Andy, Sammi y Amapola-Mai regresaron a su casa desconsolados, sin embargo, el 18 de marzo, los colegas del padre los sorprendieron con “una boda”. Indicó la madre: “No podíamos dejar de llorar, siendo nuestra única hija, siempre nos habíamos imaginado que algún día se casaría”.

La niñita trató de mantenerse despierta mientras se efectuó la ceremonia simbólica, no obstante, dirigió una última mirada a su padre y murió.

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