La Copa América Centenario, que decían que estaba planeada para que México la ganara, acabó con una goleada de 7-0 en contra del Tricolor, cortesía de Chile, una de las peores en la historias del representativo nacional.
México llegó a los cuartos de final de la Copa América Centenario con el orgullo de acumular diez partidos sin derrota con Juan Carlos Osorio en el banquillo, 20 goles a favor y sólo dos en contra.
Esa estadística que se forjó en 900 minutos de juego, se fue al olvido en los 90 que se jugaron ayer contra Chile.
El técnico Juan Antonio Pizzi mostró que ha aprovechado el trabajo hecho por Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli, fue así que arrasó a una Selección Mexicana que hasta el segundo tiempo registró su primer disparo a la portería, cuando el representativo andino ya había festejado cuatro goles en la portería de Guillermo Ochoa.
EL TRI, UN DESASTRE
En el primer tiempo, Rafael Márquez avisó del desastre que venía para México en el complemento. El zaguero, en la banca, le reclamó airadamente a sus compañeros después del segundo gol e intercambió palabras con Juan Carlos Osorio, el veterano defensa regresó a la banca y el técnico colombiano ajustó después del descanso.
Raúl Jiménez y Carlos el Gullit Peña entraron en el complemento, cuando México apenas perdía 2-0, aunque en realidad el balón no lo tuvo en los primeros 45 minutos.
Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Eduardo Vargas y Edson Puch tocaron de tacón, de primera intención, hicieron regates, túneles y cuanta filigrana quisieron frente a los zagueros mexicanos, que parecían estar un paso atrás en cada jugada de los dirigidos por Juan Antonio Pizzi.
Néstor Araujo y Héctor Moreno, los zagueros centrales, nada más agachaban la cabeza en cada uno de los reclamos de Guillermo Ochoa, quien tampoco hizo mucho para aplacar al vigente campeón de la Copa América.
Los laterales Miguel Layún y Paul Aguilar no supieron cómo frenar las incursiones por las bandas.