¿Cómo proteger a los bebés de los rayos UV?

La radiación ultravioleta (UV) se encuentra, sobre todo, en la luz solar. La energía del sol es esencial para la vida, una exposición moderada a la radiación solar UV contribuye a la síntesis de vitamina D. No obstante, su exposición prolongada puede provocar efectos negativos en la salud humana.

 

Aquellos que se exponen mucho tiempo a los rayos UV pueden presentar daños inmediatos en la piel. Incluso, esta radiación es uno de los principales factores de riesgo para la mayoría de cánceres de piel, una de las afecciones más frecuentes entre la población. Se ha encontrado que el 80 % de los melanomas son causadas por su exposición prolongada. Asimismo, también puede provocar daños irreversibles en la vista.

 

La radiación ultravioleta cuenta con una longitud de onda aproximada de 200-400 nm. Es necesario mencionar que existen tres tipos de rayos UV y se estima que los rayos UVB son los más perjudiciales, ya que tienen la capacidad de afectar directamente el ADN de las células de la piel y originar quemaduras. Por otra parte, los rayos UVA no causan estos efectos, sin embargo, propician reacciones de fotosensibilidad y son responsables del envejecimiento prematuro.

 

La ciudad de México se encuentra en una latitud que le permite recibir la radiación del sol durante todo el año, además por su altitud está expuesta a un 20 % de los rayos UV con respecto al nivel del mar. En 2018, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) registró que el país alcanzó el valor 11+ de radiación UV en la mayor parte del territorio nacional, lo que ocasionó preocupación sobre la salud de la población.

 

La mayor parte de la exposición al sol se produce antes de los 20 años de edad. Pero los más vulnerables son los niños y los bebés, ya que su piel es extremadamente sensible. Por esta razón, para una exposición saludable es preciso conocer la intensidad de la radiación solar, el tipo de piel de los pequeños e informarse sobre algunas medidas de prevención.

 

Aunque los bebés de piel clara tienen mayor probabilidad de quemarse al sol, los de piel morena no están libres de riesgos. El Sistema de Monitoreo Atmosférico (SIMAT) de México tiene un programa continuo de monitoreo de los niveles de radiación solar ultravioleta, que se difunden cada hora y recomiendan utilizar protección solar SPF 15+ para todo tipo de piel.

 

Por consiguiente, el SIMAT recalca que todos deberían evitar el sol en las horas de mayor intensidad (entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde) cuando se produce el 70 % de la radiación UV.

 

Los menores de seis meses no deben exponerse a la luz solar directa. En caso sea urgente salir, se recomienda utilizar carriolas para transportarlos protegidos. Sobre todo, los padres deben asegurarse que la carriola cuente con capota y que ésta sea impermeable. Este accesorio permitirá cubrir al bebé y evitar que se exponga a sorpresas climáticas.

 

La vestimenta del niño también influye en su sensación térmica. En días de sol intenso es recomendable vestirlos con prendas de algodón tupida, pero frescas y claras. Los colores claros reflejan los rayos del sol y evitarán que el niño padezca calor.

 

Eso sí, durante el tránsito, siempre que sea posible, deben permanecer en la sombra. Tanto los adultos como los niños deben utilizar sombreros de ala ancha, gafas de sol y sombrillas. Recordemos que el tiempo máximo de exposición al sol es entre 12 y 18 minutos. Si a pesar de tomar todas estas medidas prevención los menores presentan quemaduras o signos de deshidratación en la piel y labios, es preciso acudir al médico.

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