El irlandés, un nuevo clásico gansteril de Scorsese (video)

 

Sólo Martin Scorsese podía retomar sus obsesiones por el cine de mafiosos, que plasmó en cintas como Buenos muchachos y El casino, y lograr una diferente y fascinante epopeya fílmica que conjuga el mundo gansteril y sus conexiones políticas, con la nostalgia, la lealtad y el amor familiar.

 

En El irlandés, su reciente cinta —y hasta ahora la mejor de toda su obra—, nos recuerda que las pasiones tienen memoria.

 

Basada en el libro I Heard your paint houses o Escuché que pintabas casas, del exfiscal de Delaware, Charles Brandt, sobre la desaparición misteriosa del líder sindical de camioneros, Jimmy Hoffa, en 1975; la película narra la vida de Frank Sheeran (Robert de Niro), un irlandés y matón a sueldo, a quien se le atribuía el asesinato de Hoffa (Al Pacino).

 

NARRATIVA MAESTRA

Scorsese sale airoso por tres horas y media de narración, gracias a la maestría con la que recrea en pantalla acontecimientos entre los años 50 a 80, con saltos en el tiempo.

 

Destacan las técnicas digitales de las que echa mano el realizador para hacer lucir a los protagonistas más jóvenes o viejos, según el caso; y el hilo conductor, al igual que en Buenos muchachos, transcurre a través de los recuerdos del protagonista, Sheeran, quien, ya viejo y retirado, vive los últimos años de su vida en un asilo para ancianos.

 

Es así que, a través de la mirada de Scorsese, somos testigos de cómo Sheeran logra escalar, primero en el mundo de la mafia, con el cobijo de Russell Bufalino McGee (Joe Pesci); y después el sector sindical, con el apoyo del mismo Hoffa.

 

El relato se convierte en un vaivén de recuerdos de una época gloriosa de encuentros directos y, a veces, indirectos entre los mundos de la mafia y de la política estadounidense; de los cuales Scorsese no se guarda nombres o cargos:

 

La consolidación de la Hermandad Internacional de los Camioneros con Hoffa al frente, la asunción de los Kennedy al poder —con el apoyo económico del mismo Hoffa— y el declive del clan, tras el asesinato de John F., el interés de un sector de Estados Unidos por “recuperar” el paraíso de la vida de lujos y casinos en Cuba, con el fracaso de Bahía de Cochinos, el Watergate.                                                                                                                                                                              

De la mano del fotógrafo mexicano Rodrigo Prieto

El irlandés es también una oscilación de secuencias; algunos plano secuencias que, a momentos, nos hacen recordar la obra cumbre de Sergio Leone, Érase una vez en América.

 

O el recurso de que, en algunas escenas, los protagonistas miren directamente a la cámara, al espectador, amén de las grandiosas actuaciones de De Niro, Pesci y Pacino, que hacen que se vaya como agua lo largo del filme, en el que no sobra ninguna escena, reporta La Razón.

 

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