El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aterrizó ayer en Cuba donde un gran dispositivo de seguridad vació las calles normalmente concurridas de La Habana, impidiendo que la mayoría de los cubanos viera siquiera de lejos al mandatario.
La lluvia caía ya cuando Obama bajó del avión presidencial en el aeropuerto José Martí de La Habana. El Presidente llevaba él mismo un paraguas para proteger del agua a su esposa, la primera dama Michelle Obama. Junto con la pareja viajaron sus hijas, Sasha y Malia Obama.
La ausencia del presidente Raúl Castro, en el aeropuero de La Habana generó críticas por parte de precandidato Donald Trump, pero Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional de Obama, dijo que “nunca se contempló ni se discutió” que Castro estuviera ahí.
CAMINARON POR LAS CALLES DE LA HABANA VIEJA
Dos horas después de aterrizar en la isla, Obama y su familia caminaron por las bellas calles coloniales de La Habana Vieja en el marco de la primera visita que hace un Presidente norteamericano en funciones a la Cuba socialista.
Como parte de su recorrido por la Vieja Habana, la familia Obama visitó la Catedral bajo una fuerte lluvia.
Las personas que pudieron atravesar el dispositivo de seguridad en la plaza frente a la iglesia aplaudieron y gritaron el nombre de Obama mientras la familia avanzaba hacia la Catedral.
El mandatario se detuvo durante unos minutos saludando a algunos de los presentes.
COMO PRIMERA ACTIVIDAD, OBAMA SE REUNIÓ CON EL PERSONAL DIPLOMÁTICO DE LA EMBAJADA, REABIERTA EN AGOSTO PASADO.