El papa Francisco acudió a las instalaciones del Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua (Cobachih), donde se reunió con representantes y obreros de la industria de la maquila.
El pontífice arribó al lugar en compañía de César Duarte Jáquez, gobernador de Chihuahua y Alfonso Navarrete Prida, secretario del Trabajo y Previsión Social.
El papa saludó a los más de tres mil representantes del mundo del trabajo, como obreros, empresarios, sindicatos e integrantes de organizaciones no gubernamentales de diversas partes de la República.
En su mensaje, afirmó que los esclavistas de nuestro tiempo serán juzgados por Dios: “La mentalidad reinante pone el flujo de las personas al servicio del flujo de capitales provocando en muchos casos la explotación de los empleados como si fueran objetos a usar y tirar. Dios pedirá cuenta a los esclavistas de nuestros días, y nosotros hemos de hacer todo lo posible para que estas situaciones no se produzcan más. El flujo del capital no puede determinar el flujo y la vida de las personas”.
El obispo de Roma pidió a trabajadores y empresarios negociar, sabiendo que cada parte perderá algo en beneficio de todos, y dijo: “Sueñen en un México donde no haya personas de primera, segunda o cuarta”.
También, cuestionó a los presentes qué país quieren dejar a sus hijos: uno con explotación, salarios insuficientes y acoso laboral, o bien, uno con trabajo digno, techo decoroso y tierra para laborar.
En su visita por Juárez, una de las ciudades que ha sufrido los embates del crimen organizado, el pontífice dijo a los representantes de los sectores laborales que, de no crear las condiciones adecuadas en los centros de trabajo, las nuevas generaciones corren el peligro de caer en el narcotráfico: “Uno de los flagelos más grandes a los que se ven expuestos los jóvenes es la falta de oportunidades de estudio y de trabajo sostenible y redituable que les permita proyectarse, generando en muchos casos situaciones de pobreza. Y esta pobreza es el mejor caldo de cultivo para que caigan en el círculo del narcotráfico y de la violencia”.
Al término del evento, el papa Francisco salió con rumbo al Seminario Diocesano, donde comerá y tomará un descanso, previo a la celebración de una misa multitudinaria que oficiará en el Recinto Ferial de Chihuahua.
Claudia Cervantes Ch.
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