¿Por qué a los millennials les va mejor en el matrimonio que a sus padres?

 

La cadena BBC publicó en su portal web un interesante reportaje donde explica por qué supuestamente a los millennials les va mejor en el matrimonio que a sus padres.

Dicho texto lleva el nombre de “¿Por qué a los millennials les va mejor en el matrimonio que a sus padres?. Aquí te dejamos el texto íntegro:

Si estás casado y eresmillennial, felicidades. Lo más probable es que tu relación dure más que la de tus padres.

De acuerdo con un reporte de la Universidad de Maryland, al noreste de Estados Unidos, la tasa de divorcios disminuyó 18% entre 2008 y 2016 en el país norteamericano. El autor del reporte atribuye esto en parte a las personas nacidas entre 1980 y mediados de la década de 1990, grupo que se divorció en menor medida a la de sus padres.

“El matrimonio se ha vuelto más selectivo y más estable en una época en la que las actitudes hacia el divorcio son cada vez más permisivas”, sugirió el informe.

Aunque es tres veces menos probable que un millennial se case, en comparación con sus abuelos, aquellos que deciden hacerlo parecen seguir juntos.

Entonces, ¿cuál es la clave del éxito matrimonial millennial? Cinco parejas en las etapas iniciales de sus matrimonios compartieron con la BBC sus historias de amor.

Al igual que la mayoría de las personas con las que hablamos, Mehment Alpaslan y su esposa estuvieron juntos durante varios años antes de casarse en 2016.

Después de una relación a distancia por un año en 2013, empezaron a vivir juntos cuando Mehmet, quien es astrofísico, se mudó a California (EE.UU.), donde vivía Jacquelyn.

Las normas sociales y religiosas solían hacer del matrimonio algo casi obligatorio, y mudarse juntos era algo que, incluso ahora, se ve con recelo.

Pero ahora que muchas comunidades aceptan el vivir juntos a largo plazo, ¿por qué molestarse en casarse?

Derechos de autor de la imagenMEHMET ALPASLANImage captionMehmet y Jacquelyn, de 31 y 33 años, viven en Nueva York y han estado casados dos años.

“Somos mejores amigos y quisimos pasar el resto de nuestras vidas juntos.

“Dicho esto, también estábamos muy conscientes de los beneficios legales que tienen las parejas casadas (beneficios de seguro, mejores tasas de impuestos, etc.) explicó Mehmen, refiriéndose a la cuestión práctica que expresaron también otros millennials con los que hablamos.

La pareja también dijo que establecer y expresar una relación de igualdad, incluso en el día de su boda, fue muy importante para ellos.

“Ha ayudado a que nuestro matrimonio florezca. ¡Incluso caminamos por el altar juntos!”.

Cody y Alex

En comparación con la mayoría de las parejas con las que hablamos, Cody Andrus y Alex Lawrence han estado juntos por muchos años.

Después de enamorarse en la universidad Estatal de Fresno (EE.UU.) en 2004, se casaron hace siete años. Fueron una de las primeras parejas del mismo sexo en casarse en Nueva York.

“Queríamos mostrar nuestro compromiso mutuo frente a las personas que amamos”, explicó Cody.

Derechos de autor de la imagenCODY ANDRUSImage captionCody y Alex, de 34 y 35 años, trabajan en el Teatro del Lincoln Center en Nueva York.

“Como personas homosexuales, teníamos la oportunidad de definir qué es el matrimonio para nosotros. No estábamos tan limitados por los roles de género o por la presión de ser y actuar de cierta manera. Siempre tuvimos mucha libertad en eso”.

En la práctica, la diferencia entre vivir juntos y estar casados es básicamente inexistente, pero el sentimiento cobra peso y significa que comparten más tareas y deberes de la vida, agregó.

 

Al igual que Mehmet y Jacquelyn, consideran que los millennials dan prioridad al “respeto y la igualdad” y que más personas prefieren esperar hasta que se encuentren con alguien que pueda ofrecer eso.

“El matrimonio significa compartir tu vida y tu amor con otra persona y, a veces, poner la felicidad del otro antes que la tuya. Se trata de encontrar a alguien con quien vivir esta vida loca”.

Jenny y Zack

Para cuando cumplió 30 años, Jenny Chan Greene ya había pasado por varias relaciones “tumultuosas”, por lo que hizo una lista de lo que quería en una pareja: “bulliciosa, sociable y divertida”.

Meses después de que conociera a Zack Greene en 2013, consideró seriamente si debían vivir juntos: “Había leído que las parejas que deciden vivir juntos sin una intención clara, terminan mal”, explicó Jenny.

El contar con la independencia y los medios financieros para trazar el curso de sus relaciones, separa a los millennials de las generaciones anteriores.

“Fue importantísimo para ayudarme a encontrar a alguien a quien pudiera respetar y de quien pudiera exigir respeto. Bromeamos que, como feminista, no necesito a un hombre, sino que tengo uno porque lo quería específicamente”, dijo.

La tecnología también ha ayudado a los millennials a conocer y estar en contacto con una mayor variedad de personas.

“Las aplicaciones de citas encuentran personas con similitudes más rápido y las exponen a una variedad de personalidades mucho más amplia. Creo que muchos matrimonios modernos empiezan más tarde, cuando las personas ya tuvieron la oportunidad de aprender de relaciones pasadas que fallaron”, sugirió Jenny.

La pareja dijo que el matrimonio, más que ser una forma de cohabitar a largo plazo, era algo que “necesitaban”.

“Queríamos una ceremonia y votos matrimoniales hechos por nosotros frente a las personas que más apreciamos. Muchos están bien sin etiquetas, pero en esta era de ‘conectar’ y ‘deslizar’, definir nuestra relación nos recuerda que es algo firme”.

Ese compromiso entre ellos les ayuda a sobrellevar los momentos difíciles y desacuerdos.

“Es importante reconocer cuando necesitas ayuda. Cuando Zack y yo empezamos a pelear más seguido fuimos a terapia y eso nos ayudó a superar nuestros problemas antes de que se volvieran insuperables.

“Estar casados nos ayudó a recordar que nos respetamos y que comunicarnos, aunque es menos cómodo que estar enojado o molesto, es la clave para resolver nuestras diferencias”.

Helena y Kelly

Helena y Kelly Carvalho-Lewis se conocieron en línea cuando Helena vivía en Brasil y Kelly en Nueva York.

Después de ocho meses, Helena se mudó a Estados Unidos y un mes después se casaron.

“Nos casamos porque estamos tremendamente enamoradas. Ninguna de nosotras sigue alguna religión, pero la espiritualidad y la idea de que estábamos destinadas a encontrarnos nos guió”.

Helena dijo que la ceremonia en Brasil, más que la ceremonia legal en Estados Unidos, fue lo que realmente cambió sus vidas.

“Creo en la importancia de los rituales. Un matrimonio es un compromiso público y claro, no significa que vaya a funcionar, pero te comprometes a intentarlo”.

Aunque solo han estado casadas por 18 meses, ambas consideran que tienen las bases para seguir con éxito.

“El respeto es muy importante. Considerar los sentimientos de la otra persona y sus sueños tanto como los tuyos. Y no dejar que las cosas pequeñas se conviertan en grandes”.

Natalie y Quincy

Natalie Seale cree que ella y Quincy estaban destinados a encontrarse.

Se conocieron hace siete años en la capital escocesa de Edimburgo cuando un amigo los presentó. Natalie es británica y Quincy es de Texas, así que como ambos viajaban mucho, no pudieron vivir juntos antes de su boda en 2016.

Su fe cristiana y espiritualidad fue la razón principal para casarse.

“El matrimonio cristiano tienen una mala reputación para muchas personas, pero cuando ves el matrimonio como un ‘pacto’, en un sentido muy literal, como una promesa y como una nueva familia que une a las personas, su significado se vuelve muy profundo”, explicó Natalie.

Ellos consideran que su independencia y experiencias de vida diferencian a su relación de las de la generación de sus padres.

“No tenemos un ‘creciendo juntos’ en nuestro matrimonio, solo creciendo. Los dos nos sentíamos exitosos cuando nos casamos y teníamos un sentido real de nuestra identidad”, dijo Natalie.

“Un matrimonio es mucho más fuerte cuando cada uno se da el permiso de ser su propia persona y ama al otro justo como es y por todo lo que aspiran a ser”.

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