PRECIOS DEL PETRÓLEO Y RIESGOS GEOPOLÍTICOS

PRECIOS DEL PETRÓLEO Y RIESGOS GEOPOLÍTICOS

Mario Lettieri y Paolo Raimondi, desde Roma

Movimiento de Solidaridad e Iberoamericana (MSIa)

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, agitó recientemente las turbias aguas de las finanzas al afirmar que “en la economía global de hoy, existen fuerzas que ayudan a mantener baja la inflación”. Esta es su segunda declaración de gran impacto político y económico. La primera fue en julio de 2012, cuando dijo que se haría “todo lo que fuera necesario” para defender al euro de ataques especulativos internacionales. En ambos casos, es evidente que no se refería a juegos internos en Europa, sino a fuerzas políticas allende el mar.

 

En nuestra evaluación, es necesario investigar mejor la cuestión del colapso en los precios de las commodities, en particular, del petróleo. En primer lugar, los precios del petróleo han sido, muchas veces, aunque no siempre, objeto de grandes operaciones especulativas o de intervenciones y decisiones movidas por intereses puramente geopolíticos. Y bajo esta óptica se debe ver la evolución de los precios del producto.

 

Recordemos que, hasta mediados de 2004, estaban en torno de los 40 dólares por barril, en 2006 subieron a 70 y, en julio de 2008, llegaron a una marca récord de 145. Hacia finales de año cayeron a casi 30, antes de volver a subir a 100 en 2011. Desde 2014, se volvieron a desbarrancar hacia los actuales 30 dólares.

 

En general, los precios reflejan una situación de deflación, como resultado de la crisis económica global, que ha provocado una reducción general de la producción y del comercio internacional. Sin embargo, es igualmente verdad que semejante “montaña rusa” no representa la marcha real de la demanda y de la oferta. Desee 2014, además de la especulación, se ha manifestado una amplia y peligrosa estrategia geopolítica, encabezada por Arabia Saudita y avalada por los EUA, para reducir drásticamente la producción y debilitar a Irán y a Rusia.

 

La dinámica de los precios del petróleo y de otras materias primas también está ligada al “mal profundo” de la economía mundial que se llama “burbuja de deuda”. El colapso en los precios fue acompañado por un elevado nivel de endeudamiento de las empresas líderes en el sector de las commodities, otra vez, especialmente, las petroleras. Consideremos las empresas estadounidenses de “gas de lutitas” (shale gas en inglés), y varias empresas petroleras de los países emergentes, que atrajeron vastos recursos financieros, tanto del sector bancario como del mercado de valores. Los datos son claros.

 

En 20016, las empresas que operan en los sectores de petróleo y gas habían hecho préstamos bancarios del orden de los 600 mil millones de dólares; en 2014, esta cantidad subió hasta 1.6 billones de dólares, un aumento del 13% anual. Las mismas empresas, muchas veces empleando subsidiarias extranjeras, también aumentaron fuertemente sus emisiones de obligaciones, que pasaron de 455 mil millones de dólares en 2016 a 1.4 billones en 2014, un aumento anual de 15%.

 

Ya las emisiones de títulos aumentaron, 13% en Rusia, 25% en Brasil y 31% en China. Vale recordar que, en el mismo período, las compañías petroleras de las economías emergentes contribuyeron con grandes dividendos para los presupuestos de sus respectivos gobiernos. Por lo tanto, la caída drástica de los precios está provocando crisis en los presupuestos públicos de muchos países.

 

LOS ACTUALES PRECIOS BAJOS DEL PETRÓLEO ESTÁN GENERANDO UNA SERIE DE CONSECUENCIAS

Primero, dado que los títulos accionarios de la deuda de las empresas del sector están vinculados a los precios del producto, inevitablemente, sus valores de mercado se ven afectados. Además de la disminución de las ganancias, aumentó el riesgo de interrupciones e incumplimientos, así como el costo del financiamiento. Por ejemplo, la tasa de interés de un título petrolero, que era de 330 puntos porcentuales en junio de 2014, ahora está en 1600 puntos. Semejantes aumentos también fueron registrados para los derivados CDS (credit default swaps), creados para una protección contra alteraciones en las tasas de interés.

 

Una segunda consecuencia inevitable es la progresiva falta de liquidez para las compañías petroleras involucradas. Para aumentar la producción, con la intención de mantener un flujo de caja activo, con frecuencia, las empresas han sido forzadas a reducir sus inversiones o a enajenar parte de sus activos.

 

La tercer y más arriesgada consecuencia se manifiesta en la tendencia de la venta de “futuros” petroleros y de adquisiciones de derivados put option (opciones de venta), como garantías de precio.

 

“FUTUROS” PETROLEROS

En verdad, cualquier aumento en los “futuros” petroleros tiende a saturar todavía más al mercado, contribuyendo a acentuar la caída de los precios. En una fase de caída de precios, la especulación juega con esta rebaja -hoy se vende a 100 para recomprar mañana a 90. Al contrario de los que ocurría en los períodos de alza de precios, cuando se compraban derivados a 100 para venderlos a 110 en el vencimiento, lo que ejercía una influencia directa en el alza de precios.

 

Se trata de un mecanismo perverso de finanzas, deudas y especulación. No es posible imaginarse soluciones eficaces para aligerar las graves perturbaciones que le causa al sistema financiero, sin una revisión en regla general de la arquitectura de este último. Tal medida, tal y como lo hemos enfatizado por años, no puede ser demorada por más tiempo, aún más cuando se vuelvan a presentar, de forma altamente irresponsable e inconsecuente, viejas tesis geopolíticas que solamente ven en la guerra o en una fuerte y difusa desestabilización “la oportunidad” para determinar el aumento de los precios del petróleo y de otras commodities.

 

Sin categoría

Noticias relacionadas