Mouris Salloum George*
La ocupación mora de España (Conquista musulmana de Hispania) prolongó la dominación durante siete siglos. La data de la liberación española tiene el año 1491. Al año siguiente, América fue “descubierta”.
Tres décadas después, España acometió la conquista de México. Fueron tres siglos de asfixiante Colonia. A 100 años de la Revolución mexicana, los científicos sociales siguen denunciando el colonialismo interno en nuestro país.
El periodo constitucional para tratar de concretar la Cuarta Transformación de México, es de seis años. Obviamente, insuficientes para revertir cinco siglos de agravios contra las clases mexicanas más desprotegidas.
Los retos para la reconstrucción de una República desvertebrada
En términos políticos y socioeconómicos, estamos ante el odioso espectáculo de una República desvertebrada. El desafío reconocido desde finales del sexenio pasado, es la reconstrucción del tejido social, roto desde que, en 2006, se acometió la guerra contra el crimen organizado, que ha profundizado las estructuras de la desigualdad, exacerbadas por el Estado neoliberal.
El 1 de julio se produjo lo que algunos politólogos tipifican como una pacífica revolución electoral. De lo que sigue la proposición de una revolución de las conciencias para emprender la nueva era.
Sociedad masificada, la mexicana (125 millones de habitantes), es a la vez una sociedad estratificada bajo el dominio de 16 individuos catalogados entre los más ricos del mundo.
El desarrollo nacional debe ser integral y justiciero
El nuevo gobierno de la República electo, ha empezado a definir sus prioridades en la perspectiva de un nuevo Plan Nacional de Desarrollo para el sexenio que viene, imperativo de suyo complejo y descomunal.
Conforme al artículo 25 constitucional, corresponde al Estado la rectoría del desarrollo nacional, para garantizar que éste sea integral y atienda el crecimiento económico y el empleo, y una más justa distribución del ingreso y la riqueza… que permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos y las clases sociales.
¿Qué es integral? “Completo, entero”. Esto es, abarcador de todas las clases sociales. La Constitución mexicana fue concebida bajo la premisa de que no se pueden legislar derechos iguales para una sociedad de desiguales. A resulta de ello, se elevaron a rango constitucional los derechos sociales.
Tenemos, pues, que se están jerarquizando ya las prioridades del próximo sexenio. En 2006, Andrés Manuel López Obrador contendió por primera vez por la Presidencia de México con el lema de Por el bien de todos, primero los pobres.
Al tomar posesión de su cargo el próximo 1 de diciembre, el futuro Presidente protestará guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen.
Principio rector de los Derechos Humanos: Universalidad
Si ha de empezarse por el principio, el artículo Primero de la Constitución trata de los Derechos Humanos y sus garantías. Mandata el ordenamiento que las normas relativas favorecerán en todo tiempo a las personas, con la protección más amplia de tales derechos.
A nuestro leal saber y entender, si de prioridades de Estado se trata, ese es un artículo integral, habida cuenta que los derechos humanos deben ejercerse bajo los principios rectores de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
El mismo artículo Primero, prohíbe expresamente la esclavitud y la discriminación. En México, verbigracia, algunos segmentos de la clase trabajadora están sometidos a un régimen semifeudal, que en algunos casos se expresa en lo que la Corte Suprema equiparó recientemente a las tiendas de raya de las antiguas haciendas.
Particularmente los pueblos originarios son victimas de incesante discriminación por simple prejuicio antropológico: Su estatura, su color, sus lenguas, etcétera.
Si estamos convocados a una revolución de las conciencias para la nueva era, no se pueden dejar de lado los imperativos humanistas que nos dicta nuestra Carta fundamental. Por ahí hay que empezar.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.