Como definición podemos decir que la procrastinación es el acto de posponer tareas o situaciones que es necesario realizar y sustituirlas por otras más agradables o placenteras.
Una investigación efectuada por expertos de diferentes entidades alemanas ha pretendido dar luz a este problema de salud.
El trabajo contó con la colaboración de 1350 mujeres y 1177 hombres, de edades comprendidas entre los 14 y los 95 años.
Se les aplicó un cuestionario sobre procrastinación y también otras escalas de estrés, depresión, ansiedad, fatiga y satisfacción con la vida, con el objetivo de analizar las relaciones entre el hábito de posponer las obligaciones y el bienestar general a través de todas las variables anteriores.
JÓVENES, LOS QUE MÁS PROCRASTINAN
Los resultados han sido publicados recientemente en la revista PLoS ONE y han mostrado que de forma general, no parece que los procrastinadores disfruten de un mayor bienestar en comparación con los que demoran menos sus tareas y actividades.
Los autores encontraron que los individuos más jóvenes son los que más procrastinan, encontrándose las tasas más altas entre los 14 y 29 años. Además, parece que en general hombres y mujeres tienen esta tendencia por igual, salvo cuando son más jóvenes, momento en el que los chicos superan a las chicas.
En cuanto a la relación con las variables clínicas, se comprobó que una mayor tendencia a la procrastinación se relacionaba con mayor estrés, más problemas de ansiedad y depresión, y mayor fatiga.