Un grupo de combatientes kurdos de la Peshmerga desplazados en el territorio de Irak, detonó un coche bomba de la organización terrorista Estado Islámico.
Ello, después de elevar dicha unidad a unos 30 metros del suelo.
Cuando el automotor comenzó a caer, hicieron estallar los explosivos que colocados dentro, literalmente despedazando el vehículo de los yihadistas.