2016: NUEVOS RIESGOS FINANCIEROS INTERNACIONALES

2016    NUEVOS RIESGOS FINANCIEROS INTERNACIONALES

 

Por Mario Lettieri y Paolo Raimondi, desde Roma                                                              Movimiento de Solidaridad e Iberoamericana (MSIa).

La Reserva Federal, como se había previsto, ha cerrado el 2015 con un aumento de su tasa de interés de 0.25 por ciento. Es evidente que se pretendía dar el mensaje del fin de la crisis de Estados Unidos. Esto se atribuiría al reinicio del crecimiento económico mundial. Creemos que esto no se debe tomar como tal.

 

La normatividad de los últimos años de la flexibilización cuantitativa y la tasa de interés cero no ha resuelto los problemas. En ese periodo se estima que se emitieron 3.5 billones de dólares para los bancos. La única beneficiada ha sido la bolsa estadounidense. En relación con la crisis de 2008 los aumentos han sido de 98 por ciento para el índice Dow Jones, de 124 por ciento para el S&P 500 y del 214 por ciento para el Nasdaq.

 

En el sistema financiero y en las economías de muchos otros países, por el contrario, ha dejado profundas heridas. En los mercados emergentes muchas empresas han sido animadas a acceder a nuevos créditos en dólares, con mucha frecuencia en operaciones de riesgo y poco productivos.

 

Además, los costos quedaron demasiado contenidos. Según los datos del Banco de Liquidaciones Internacionales (BIS) la deuda total de las empresas privadas de los países emergentes ha alcanzado los 3.4 billones de dólares respecto al monto que tenían antes de la crisis.

 

Con la continua devaluación de las monedas nacionales, las economías emergentes siempre han tenido dificultades para pagar deuda e intereses. Al hacerlo, el hueco financiero ha alcanzado al balance público y ha provocado través tensiones sociales. A esto hay que agregar que el aumento de las tasas de interés estadounidenses siempre suena como una amenaza a la estabilidad nacional y económica. Por si fuera poco, el actual descenso de los precios de las materias primas, de las que son grandes productores, y el mismo estancamiento de las economías emergentes en su conjunto, no sólo la de China, representa un agravamiento todavía mayor. Si se tiene en cuenta que ellas representan el 40 por ciento del PIB mundial, su inestabilidad puede tener consecuencias negativas mundiales.

 

La tasa cero y la liquidez “yoyo” han generado una tendencia similar en Estados Unidos. Lejos de ser utilizada para hacer crecer las empresas, la liquidez ha servido para la fusión y las adquisiciones. Este año más de 327 mil millones de dólares se destinaron a dichas operaciones. Entre 2009 y 2014, más de un billón 200 mil millones de dólares se dirigieron a los fondos dedicados a las obligaciones corporativas. Hasta la misma Office of Financial Research del Tesoro estadounidense advierte en su último informe de los “riesgos elevados” del refinanciamiento de las deudas obligatorias del sector no financiero.

 

No es casualidad que en el transcurso de la semana pasada una serie de fondos de inversión que operaban con “junk bonds”, títulos basura de altísimo riesgo, haya caído en crisis. El sector había crecido muchísimo en los últimos años, en particular en el sector energético. Inclusive este había reemplazado a las hipotecas sub prime de antes de la crisis. Esto provocó más ventas en el vasto mercado de los junk bonds con efectos negativos en todo el mercado de las obligaciones. Se estima que cerca de un billón cuatrocientos mil millones de dólares necesitarán refinanciamiento en breve.

 

Una de las dificultades que se derivan del aumento de la tasa de interés sería la de reducir la tendencia de los bancos y de las corporaciones a recurrir al préstamo fácil. La Banca estadounidense, sin embargo, tiene ya reservas gigantescas de que disponer, unos dos billones 42 mil millones de dólares, por lo cual el mencionado aumento difícilmente tendrá algún efecto en su comportamiento.

 

El Banco Central Europeo, como es sabido, pretende, en cambio, perseguir una política expansiva de la liquidez. Habrá que estar atentos a que no se genere una ” euro carry trade”, es decir, la tendencia a aprovecharse del euro a tasa cero para hacerse de créditos que podrían ponerse en actividad, también especulativa, fuera de Europa. Como ha sucedido ya con el yen y con el mismo dólar.

 

Si se consideran los riesgos de nuevas turbulencias, podría ser que Europa y también Italia enfrenten con claridad y decisión las crecientes dificultades de los bancos. Serían de gran utilidad medidas más estrictas sobre la actividad, la prohibición absoluta de las operaciones de alto riesgo, ya sea de derivados como de junk bonds, mayor tutela de los ahorristas y fuertes sanciones penales contra los administradores y gerentes bancarios que no respeten las normas.

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