En 2015, prevalecieron: altas temperaturas, tormentas extremas, inundaciones, tornados, huracanes y sequías, sin embargo, se estima que en 2016, el clima será más extremo e impredecible.
El año pasado, catalogado como el más caliente del que se tiene registro, la temperatura incrementó de tal forma que algunas partes del Polo Norte se descongelaron, la sequía que azotó California llegó a extremos de zonas desérticas, y lugares que normalmente veían heladas en invierno, tuvieron temperaturas cálidas.
Las predicciones meteorológicas para 2016, son más desalentadoras. El fenómeno denominado El Niño, es decir, el aumento de la temperatura del agua superficial en el Océano Pacífico Sur, se agravará por los efectos del cambio climático y reinará un caos meteorológico en la primera mitad del año.
Probablemente, lo peor ocurrirá antes de que concluya el año, cuando arribe La Niña, el enfriamiento brusco y a mayor escala de la temperatura del Océano Pacífico Sur; si la temperatura oceánica enfrenta otro fenómeno, se predice el doble de huracanes, mismos que serían más intensos y devastadores.
Cabe destacar que Alex, el primer huracán del año, se formó en el Océano Atlántico, y es la primera vez desde 1955, que se reporta una tormenta de este tipo en enero.
Stefan Vogel, analista para Rabobank International, afirma que si llega La Niña, “el clima seco y caliente podría impactar negativamente la producción de maíz y soya, especialmente en Estados Unidos”.
Se espera que este año, la primavera inicie hasta dos semanas antes de la fecha marcada durante los últimos 20 años, causando más y peores alergias y ataques de asma entre la población, situación que, acompañada por el incremento de la contaminación, provocará afectaciones para quienes sufren enfermedades respiratorias.
