El pasado 25 de mayo se realizó la vigésima tercera reunión Germano-Rusa Potsdam para analizar “La pandemia y sus efectos en la política exterior y de seguridad”. La reunión, dirigida por los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y de Alemania, Serguei Lavrov y Heiko Maas, respectivamente, fue organizada por el Foro Germano-Ruso y por el Fondo Alexander Gorchakov de Diplomacia pública. A causa de la pandemia de covid-19, la conferencia, en esta ocasión, se organizó en la forma de video conferencia moderada por el renombrado kremlinólogo alemán Alexander Rahr.
En su discurso de introducción el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania recalcó que en el marco de la ya cercana presidencia de Alemania del Consejo de la Unión Europea, que comenzará el 2 de julio, su país se comprometería en “soluciones multilaterales”, acompañadas por el diálogo germano-ruso en todos los órdenes, es decir, país, gobierno, parlamentos y sociedad civil. Subrayó la necesidad de una cooperación mejorada entre los ministerios de salud y de las autoridades de salud para combatir la pandemia del coronavirus.
Por su parte, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov dijo, que esta pandemia en el futuro se convertirá en uno de los factores más importantes para el desarrollo de un “procedimiento común” de relaciones exteriores, de la economía mundial y con respecto a una mejor cooperación entre los sectores de salud. Hizo un llamado a transformar la consigna pesimista pero muy popular de “el mundo nunca será el mismo” en otra consigna más esperanzada, “el mundo tiene que convertirse en un lugar mejor”.
Un lugar mejor
El presidente del Instituto de Economía mundial y Relaciones internacionales de Moscú (el Instituto Primakov), Alexander Dynkin, mostró su sorpresa por lo “poco que se ha dicho de parte de la Unión Europea (UE) sobre la cancelación del presidente Trump de una serie de tratados de control de armamento. Fiodor Lukianov (Club de debates de Valdai) fue un tanto pesimista al pronosticar que la crisis del coronavirus no hará a nadie más fuerte, “no importa si hablamos de Rusia, de la UE o de China”, pues ya ha causado un gran daño. Evaluó que lo que cuenta ahora es la conclusión que de ella se desprende: los viejos conflictos volverán con mayor fuerza. Aunque el coronavirus es una crisis mundial, la respuesta será local y nacional. Dado que la UE y Rusia fueron golpeados severamente por la crisis, Lukianov ve poco espacio a causa de la falta de dinero y de energía, para una mayor cooperación entre Rusia y la UE.
La representante permanente del embajador alemán en Moscú, Beate Grzeski pidió una cooperación más estrecha entre Alemania y Rusia. Desde su punto de vista, la pandemia subrayó la necesidad del multilateralismo. Puso su atención en la futura presidencia alamana del Consejo de la UE. “Un aspecto fundamental será revivir el comercio mundial, que es también del interés de Rusia, y ambos países desean fortalecer la OMS”. Recalcó que se debe hacer más en términos de investigación para lograr una vacuna y señaló la cooperación que existe entre el Instituto Robert Koch y la Federación Rusa, así como la cooperación entre el Instituto Paul Ehrlich y los institutos siberianos de investigación. También recordó la amplia cooperación entre ambos países, tanto entre sus gobernantes como en sus comunidades.
Alexey Gromyko, presidente del Instituto europeo de la Academia de Ciencia de Rusia, dijo que luego de la pandemia del coronavirus, la nueva fase de globalización está marcada por el hecho de que la integración local está echando fuera el aspecto internacionalista; ese proteccionismo está creciendo para incrementar la competitividad del país. Señaló en particular el desplome de las “cadenas de abastecimiento” en el comercio internacional y dijo que muchas compañías reflejan como “reestructurar” las cadenas de abastecimiento y “relocalizar” la producción a Europa, parte de la cual es también Rusia. En este campo vio un gran potencial para las economías de Rusia y de Alemania.
“Near-Shoring”
El presidente de la Ost-Ausschuss de Economía alemana, Michael Harms, mencionó tres aspectos: 1) la necesidad de reforzar la digitalización, dónde Alemania puede aprender mucho de Rusia. 2) en la economía de salud ambos países estarían interesados en cooperar. 3) la relocalización de cadenas de abastecimiento de Asia. Rusia tendría buenas oportunidades de colocarse en la “vecindad” de Alemania y de la UE. También subrayó la función de la administración pública. Las estructuras federales de Alemania y de Rusia son muy eficientes en y para los dos países.
El consultor financiero Rainer Lindemann habló de la necesidad de promover las empresas medianas. Indicó que el Deutsche Bank considera que Rusia perdió 16 por ciento de su PIB en este segundo trimestre, mientras que Alemania perdió el 12 por ciento. Hizo una propuesta similar a la del ministro de Economía alemán, Peter Altmaier, en su mensaje a la conferencia, al resaltar la asociación de eficiencia y la necesidad de relocalizar la economía, de forma que la asociación en materia de energía Germano-Rusa adquiera una nueva dinámica. Mencionó además a la Unión Económica Euroasiática como un estímulo potencial para mejorar la cooperación.
Esperanzas en la cercana presidencia alemana del Consejo Europeo
El moderador de la Conferencia Germano-Rusa Postddam, Alexander Rahr, en un artículo titulado “La guerra y la paz en tiempos de coronavirus”, publicado varios días después de la conferencia (Russland kontrovers, 29/05/2020), hace un resumen un tanto pesimista. Describe la situación presente como la de unos “Estados Unidos que han perdido su autoridad de líder en el mundo”, al mismo tiempo que intentan desesperadamente y con enojo alejar la atención de sus problemas internos; y obligar a los otros a mantener el orden mundial americano”. Al mismo tiempo que libran una guerra comercial con China le imponen sanciones a Rusia.
Según Rahr, “Estados Unidos fuerza a la Unión Europea a orientarse hacia EEUU y a alejarse de China”. Rusia, que ha sido fuertemente golpeada por la pandemia en el campo económico, carece de los medios para llevar a cabo una política exterior expansiva y busca más cooperación con China. Remarcó con energía que “una cooperación estrecha de la UE con la Unión Económica Euroasiática, la cual solicitaron con vehemencia los participantes de Postdam, está muy lejana”.
Sin embargo, dijo cautamente que “las cosas podrían cambiar si Alemania, la economía más fuerte de la Unión Europea, emplea desde el mes de julio su presidencia del Consejo de la Unión Europea para pensar en la posibilidad de “normalizar” sus relaciones con Moscú y las sanciones políticas. Advirtió que “cada vez que Alemania quiere moverse en esa dirección, alguien trata de poner presión a Merkel para que no se comprometa, por ejemplo, a favor de una sociedad fuerte Ruso-Alemana en materia de energía. “¿Podría ser que Estados Unidos intente evitar por todos los medios la realización del espacio común entre Lisboa y Vladivostok para cimentar el ideal de una Europa trasatlántica de Vancouver a Donezk?” se pregunta Rahr.
No obstante, él puso sobre la mesa temas que vale la pena observar: El hecho es que en las últimas semanas el Presidente de Estados Unidos ha cancelado una serie de tratados de control de armamento, lo cual es una provocación directa contra los intereses legítimos de seguridad de la Unión Europea.
Luego de desconocer el tratado iraní (mayo de 2018) siguieron las sanciones contra Irán, lo que provocó una fuerte reacción en la Unión Europea y en Rusia; en agosto de 2019 Trump anunció que Estados Unidos abandonaba el tratado INF que prohibía los misiles nucleares basados en tierra, lo cual fue recibido con gran preocupación en Europa. El 21 de mayo de 2020, el presidente Trump anunció que su país dejaría el “Acuerdo de Cielos Abiertos” (acuerdo firmado en 1992 por 34 estados de la OTAN y por el todavía existente Pacto de Varsovia, donde se encontraba Rusia) que preveía varios vuelos anuales desarmados sobre el espacio aéreo de los respectivos firmantes del tratado. El tratado era parte del control de armamento y era también una medida para fomentar la confianza. Estados Unidos argumentó que dejaba el acuerdo porque Rusia lo violaba (no permitía los vuelos de vigilancia sobre el enclave de Kalinigrado).
El fin del liderato de EU como potencia mundial moral
Estados Unidos anunció también hace poco que ya no respaldaría a la Organización Mundial de la Salud (WHO). Esto lo hizo en medio de la más terrible pandemia. Lo que realmente conmociona es que no haya habido una fuerte reacción de la UE o de Alemania. Por el contrario, pareciera que hay una “formación de reacción defensiva” a la luz de una brutal campaña de intimidación iniciada por Estados Unidos contra Alemania en particular. Parte de ella es el intento de sabotear el acuerdo energético “Nord Stream II” poniéndole a la UE obstáculos administrativos para evitar la culminación de esta obra, es decir, evitar la “sociedad energética efectiva” entre Alemania y Rusia.
Otro tema de atención es China, donde la cooperación con este país, dado su enorme potencial económico y tecnológico, tendría tanto interés para Alemania y para toda la Unión Europea como la cooperación con Rusia (uno de los participantes de la reunión de Postdam pidió una moratoria de 12 meses de las sanciones).
Sin embargo es reveladora una entrevista del 31 de mayo publicada por el periódico francés Le Figaro con el ideólogo ultra derechista y ex asesor de Donald Trump Steve Bannon, conocido por su papel de “inflar” a los líderes populistas de Europa (Salvini, Le Pen, etc). El único tema en el que se concentró fue en darle a China con todo lo que tenía a su alcance. Pidió en esencia que Alemania y la UE cortaran sus relaciones con China, en la línea de “estás con Estados Unidos o con China”. La entrevista se publicó con el encabezado de “Tenemos que unirnos, o Europa se convertirá en un vasallo de China”.
La única conclusión que se puede sacar a la sombra de la incansable campaña de Trump contra la Unión Europea es que Alemania y la UE tienen que manifestar una fuerte señal para afirmar que es de interés económico y estratégico para Europa que funcione el diálogo en todas las instancias políticas así como la cooperación económica y científica con Rusia y China.
*MSIa Informa