Ha hecho la tecnología mucho para que nuestras vidas sean más fáciles y más eficientes. Empero, en un momento en que se está volviendo común que los niños tengan su propio dispositivo móvil, los padres deben pensar en el impacto que estos pueden tener en sus hijos.
Un teléfono inteligente podría convertirse en una fuente de adicción. Este tipo de adicción atrae sus mentes y los cautiva durante mucho tiempo, incluso hasta la edad adulta.
Darle a tu hijo un teléfono inteligente es como “darle un gramo de cocaína”, advierten expertos en adicciones. Y es que el tiempo que se le dedica a navegar por las redes sociales, en el caso de los adolescentes y el tiempo que niños más pequeños pasan viendo videos o imágenes constantes, es similar a una adicción a las drogas y el alcohol.
Mandy Saligari, especialista en clínicas de rehabilitación de Harley Street, asegura que el tiempo frente a la pantalla con demasiada frecuencia se pasa por alto como un posible vehículo para la adicción en los más jóvenes.
“Cuando le das a tu hijo una tableta o un teléfono, realmente le estás dando una botella de vino o un gramo de coca cola”, asegura el experto.
Entre los efectos que pueden sufrir desde temprano esta la depresión, la ansiedad, dolor de cuello y muñeca, trastornos de sueño y sentimientos de inseguridad.
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