Los recientes incendios en el Amazonas han vuelto a poner sobre la mesa una de las grandes tragedias ecológicas, un problema que no hará más que magnificarse debido al cambio climático. Por esa razón, los estados dedican numerosos recursos humanos y tecnología para prevenir los incendios, además de recurrir a medidas de prevención como la limpieza de materia vegetal seca en los bosques. Sin embargo, a pesar de todos estos esfuerzos, los incendios forestales siguen causando estragos año tras año. Ahora en la Universidad de Stanford han querido contribuir al arsenal de armas contra el fuego con una novedosa iniciativa tecnológica. Actualmente, en caso de incendio se utilizan retardantes para impedir su propagación. El problema es que, además de contener sustancias tóxicas en algunas de sus modalidades, su efecto es relativamente breve, ya que a veces pierden eficacia en menos de una hora. Los investigadores de Stanford, en cambio, han ideado una nueva tecnología que evita la aparición de los incendios en primera instancia, así como su posterior propagación. Para ello, han desarrollado un gel inocuo que puede rociarse sobre grandes extensiones boscosas con alto riesgo de incendio. Su eficacia puede prolongarse durante meses, en teoría sin afectar a la flora y fauna de la zona, ya que es biodegradable.
El gel retardante para prevenir incendios que han creado es un líquido basado en celulosa compatible con la maquinaria de fumigado convencional y que ha demostrado su eficacia en las pruebas realizadas en California, una zona especialmente proclive a los incendios forestales. Allí han podido comprobar que, incluso tras intensas precipitaciones, el gel mantiene sus cualidades ignífugas. De hecho, en este vídeo, puede verse el efecto de la sustancia en la prevención de incendios.
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