México tiene el primer lugar en abuso sexual infantil con 5.4 millones de casos registrados al año, por lo que es urgente que los infantes desde la escuela sepan identificar las acciones de los mayores de edad tendientes al abuso, dijo la diputada Azucena Rodríguez Zamora, del Partido de la Revolución Democrática.
Al argumentar una iniciativa de ley con la que busca que desde la enseñanza primaria se enseñe a los infantes a identificar el abuso sexual, la legisladora por el estado de Veracruz señaló que la tasa de violación infantil, de acuerdo con datos del INEGI, asciende a mil 764 por cada 100 mil.
Por ello, Azucena Rodríguez Zamora presentó una iniciativa de ley para instituir en los planes de estudio un protocolo para identificar y prevenir el abuso sexual, con la finalidad de crear un marco de protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes y salvaguardar su integridad emocional, física y social.
La propuesta de la legisladora perredista busca reformar los artículos 29 y 30 de la Ley General de Educación y el Artículo 57 de la Ley General de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes.
De esta manera, “los planes y programas de estudio tendrán perspectiva de prevención de abuso sexual infantil adaptados a las etapas de su desarrollo, para considerar la enseñanza de herramientas de identificación y autoprotección para hacer frente a potenciales abusadores”, dijo.
La diputada mencionó que, de acuerdo a las cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el estado de Tlaxcala es la entidad con mayor incidencia de pederastia y trata infantil seguido por Querétaro y Chihuahua.
Para demostrar la gravedad de este flagelo, la diputada Rodríguez Zamora señaló que, de mil casos de abuso, sólo se denuncian unos 100, de los cuales sólo 10 van a juicio y solo uno llega a condena.
Concluyó al señalar que en promedio y de acuerdo a los códigos penales el delito prescribe de cinco a 10 años, tiempo insuficiente si acorde a estudios psicológicos un niño tarda 20 años en poder hablar de la violación que sufrió.
