Las causas que pueden desatar una sangrienta rivalidad entre los descendientes de los barones de la droga pueden ser principalmente la lucha lucha por el poder, sin embargo, las que existen entre Iván Archivaldo Guzmán y Dámaso López Serrano “El Mini Lic” son muy peculiares. Los dos son hijos de quienes alguna vez fueron cabecillas del cártel de Sinaloa: el primero es descendiente de Joaquín “El Chapo! Guzmán Loera y el segundo de Dámaso López Núñez “El Lic”, ambos presos en Estados Unidos.
Sobre el origen de su disputa existen distintas versiones: la primera es que Iván y sus hermanos querían arrebatarle al “Mini Lic” la plaza de Baja California Sur a través de enfrentamientos violentas, pero ante su insistencia, López Serrano les habría dicho que les regalaba el territorio, lo que enfureció más a los descendientes de Guzmán Loera.
La segunda versión es que una mujer está detrás de la rivalidad. Como cabeza de los ‘narco juniors’ que conformaron los grupos de ‘Los Ántrax’ y de las Fuerzas Especiales Dámaso (FED) al interior del Cártel del Pacífico, López Serrano ganó popularidad al exhibir su vida de lujos en las redes sociales.
Su popularidad lo llevó a rodearse de mujeres, pero una en particular lo metió en problemas: la esposa de Serafín Zambada Ortiz, el hijo menor de Ismael “El Mayo” Zambada, actual cabecilla de la organización criminal.
En el libro “El Traidor”, Vicente Zambada, hermano de Serafín, señaló que su cuñada se habría enamorado de López Serrano, lo que marcó una ruptura entre él y los hijos del Chapo, quienes se mantenían fieles a “El Mayo” Zambada.
La tercera y la más popular es que el distanciamiento entre los dos narcojuniors fue por un narcocorrido.
El corrido llamado “El Mini Lic”, compuesto para López Serrano e interpretado por Gerardo Ortiz en unos premios “Lo Nuestro”, disgustó a Iván Guzmán, quien consideró que era mejor que el “Corrido de Iván Archivaldo Guzmán” escrito en su honor e interpretado por Los Alegres del Barranco.
Mientras el corrido de Dámaso López Serrano hablaba de sus hazañas, el del Chapito relataba cómo se lamentaba por tener a su padre preso y cómo se había convertido en su escuela, pero también lo dejaba como una persona más al servicio de “El Chapo”, pues dejaba en claro que él tenía que vigilar que se cumplieran las órdenes que el fundador del cártel de Sinaloa mandaba desde prisión.
Tras la detención de “El Licenciado” en la Ciudad de México, en 2017, su hijo fue considerado uno de los objetivos prioritarios para el gobierno federal, toda vez que su padre fuera señalado como líder de la organización criminal.
Otro hecho que causó más fricciones entre los dos grupos de narco juniors es que cuando fue detenido López Núñez, distintas células del cártel empezaron a considerar a su hijo como un serio heredero del liderazgo en la organización.
Pero el “Mini Lic” ya no sólo era objetivo de los hijos del Chapo sino también de las autoridades mexicanas.
La persecución en su contra llegó a tal grado que lo obligó a entregarse a las autoridades estadounidenses luego de haber sido víctima de una serie de amenazas y atentados por parte de los hijos de Guzmán Loera.
Pero la cárcel no lo alejó de sus enemigos: en agosto de 2019, las autoridades penitenciarias de Estados Unidos lo trasladaron a nueva prisión después de haber recibido amenazas de muerte por declarar en un juicio contra uno de los miembros del cártel de Sinaloa.
Según publica la cadena ABC7, el “Mini Lic” lo han cambiado a una cárcel federal en Oklahoma, trasladándolo desde el correccional neoyorquino donde se encontraba, después de que en unos documentos judiciales del caso contra un miembro del cartel del Chapo revelaran que López era un objetivo por haber testificado contra Jesús Raúl Beltrán León.
Fuente: El Blog del Narco