No te preocupes, Enrique, hay que aguantar

 

Mouris Salloum George* 

Lo mismo podría decírsele a Vicente, no precisamente Fernández, o a Felipe, no necesariamente el de España. Cada vez que se les cuestiona, los funcionarios federales, antes de que termine el interlocutor, saltan: Nadie va contra Peña Nieto. No hay ánimo de venganza. 

 

Cuando Vicente Fox instituyó, en vez de la Comisión de la Verdad, una Comisión para Delitos Políticos y Sociales del Pasado, hubo voces que propusieron que sus indagatorias incluyeran también los crímenes económicos del pasado reciente 

 

Por supuesto, hubo disimulo: Sólo se satisfizo el morbo público, indiciando al ex presidente Luis Echeverría. 

 

El que llegó a Los Pinos abanderado del combate a la corrupción, no tocó ni con el pétalo de una rosa a Ernesto Zedillo ni a Carlos Salinas de Gortari, actores del devastador error de diciembre de 1994, de la desnacionalización del sistema de banca y crédito, del Fobaproa, y otras letrinas. 

 

¿De qué sirve que, de lo perdido, lo que aparezca? 

¿Qué son, entre costos-beneficio cinco mil millones contra 321 mil millones de pesos? 

 

La segunda cifra corresponde al monto en depósitos, es de suponerse que bancarios, de recursos de procedencia ilícita, según investigaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, que documenta 177 denuncias de esas fechorías ante la Fiscalía General de la República. La primera cantidad es la suma de cuentas congeladas a los presuntos implicados. 

 

Si con las cuentas congeladas se pretendiera la reparación del daño, apenas cubrirían menos del 2 por ciento del total carranceado. 

 

No es asunto, sin embargo, de ecuaciones numéricas. Un día sí y otro también, se descubren verdaderos hoyos negros en todo el listado de dependencias públicas federales, al grado que resulta más fácil leer la lista de las que están limpias, si las hubiera, que las que están contaminadas por el cieno. 

 

Lo que es de advertirse, es que las técnicas del efectismo mediático se agotan casi al mismo momento en que se dan a conocer las raterías acumuladas durante el sexenio anterior. 

 

No estamos en conocimiento sobre si la Fiscalía General de la República dispone de suficientes fiscales especializados en crímenes económicos y si, de su lado, el Poder Judicial de la Federación tenga bastantes jueces versados en la materia para fundar sus sentencias. 

 

Lo que sí se sabe, es que, desde que se filtran los datos sobre las indagatorias, en los estrados de los juzgados de distrito falta espacio para fijar las notificaciones de los recursos de amparo interpuestos por los abogados de presuntos implicados. 

 

Lo que queda claro, también, es que la malicia socarrona del llano sigue hablando de charales, mientras que los peces gordos se vuelven ojo de hormiga. Es hora de que la aplanadora de la ley ponga piso parejo y cumpla con la conseja: O todos coludos, o todos rabones.  

*Director General del Club de Periodistas de México, A.C. 

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