PORNOGRAFÍA EN LÍNEA: UN PELIGRO PARA ADICTOS SEXUALES

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La pornografía en línea se ha convertido en una fuente inagotable de imágenes que, día con día, se va nutriendo. De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, esto provoca que las personas adictas al sexo sean más susceptibles a señales de internet vinculadas a imágenes sexuales que, a otras, cuya temática sea neutra.

La complejidad de controlar pensamientos sexuales y comportamientos de esta índole, forma parte de una patología que afecta a uno de 25 adultos jóvenes. Esta situación que puede afectar el entorno familiar y la vida social del individuo, se asocia con una hiperactividad de tres zonas específicas del cerebro: el núcleo accumbens, la dorsal cingulada anterior y la amígdala, lo cual se asemeja a estímulos derivados de las drogas.

En el estudio, a cargo del científico Valerie Voon, los expertos analizaron el comportamiento de 22 adictos sexuales y 40 hombres sin adicciones. En un primer experimento, ambos grupos tuvieron que observar una serie de imágenes por parejas que incluían tanto mujeres desnudas como muebles o mujeres vestidas. Posteriormente, se les pidió que eligieran una imagen para ganar una libra con cada par de fotografías -la probabilidad de ganar era del 50%-.

De esta forma, se determinó que los adictos al sexo eran más propensos a elegir una imagen sexual sobre cualquier otra, mientras que el grupo controlado, optaba por fotografías de mujeres vestidas.

“Todos podemos llegar de alguna manera a la búsqueda de nuevos estímulos online, que podrían surgir revoloteando de un sitio web de noticias a otro, o saltando de Facebook a Amazon, a YouTube o a otras. Para las personas que muestran un comportamiento sexual compulsivo, sin embargo, esto se convierte en un patrón de comportamiento fuera de su control, que se centra únicamente en las imágenes pornográficas y romper el vínculo entre estas señales y el comportamiento puede ser extremadamente difícil”, señaló el líder del estudio.

En otra fase del estudio, 20 adictos y 20 voluntarios sanos, fueron sometidos a escáneres cerebrales mientras observaban varias imágenes repetidas: una mujer desnuda, una moneda y una caja gris. El examen reveló que cuando los adictos al sexo veían la misma imagen sexual varias veces, experimentaban una mayor disminución de la actividad en la región del cerebro conocida como la corteza cingulada, debido a que el adicto encuentra el mismo estímulo cada vez menos gratificante, situación que también ocurre con vídeos pornográficos.

Valerie Voon, afirmó: “Nuestros hallazgos son particularmente relevantes en el contexto de la pornografía online. No está claro lo que desencadena la adicción al sexo en primer lugar y es probable que algunas personas estén más predispuestas a la adicción que otras, pero el suministro aparentemente interminable de nuevas imágenes sexuales disponibles en la red ayuda a alimentar su adicción, por lo que es cada vez más difícil escapar”.

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