Las fotografías de pandilleros encarcelados, amontonados y semidesnudos provocaron controversia. También el polémico tuit del presidente Nayib Bukele autorizando a policías y soldados “el uso de la fuerza letal”.
El detonante, fue un repunte brutal en las cifras de homicidios en El Salvador, que este año habían estado .
Las maras están aprovechando que casi la totalidad de nuestra fuerza pública está controlando la pandemia.
Tendremos que mover recursos para combatirlos.
La @PNCSV y la @FUERZARMADASV deberán priorizar el resguardo de sus vidas, de sus compañeros y de los ciudadanos honrados.
— Nayib Bukele (@nayibbukele) April 26, 2020
“EN CABALLITO BLANCO”
En medio de todo este caos, tres son las maras hegemónicas en El Salvador: la Mara Salvatrucha (MS-13), el Barrio 18-Revolucionarios y el Barrio 18-Sureños.
Los políticos hacen ver las cosas para salir ellos en caballito blanco siempre, dice el pandillero al que llamaremos Whisper, vocero designado para esta entrevista con RT. Yo hablo por toda la 18-Sureños, remarca.
El Barrio 18-Sureños es una facción del Barrio 18, la pandilla descendiente de la 18th Street Gang, surgida en Los Ángeles (California) a mediados del siglo pasado y afincada en El Salvador a inicios de los noventa.
Según datos oficiales de febrero de 2018, el número de pandilleros encarcelados registrados como activos de la 18-Sureños era 3.200, lo que da una idea de su poder en las calles.
Whisper confirma que, antes de la crisis actual, había acuerdos entre las cúpulas de las tres pandillas para disminuir homicidios y otros delitos, acuerdos rotos ahora por la MS-13; y confirma también que el gobierno ya había comenzado a mezclar en las mismas celdas a integrantes de distintas pandillas, no como represalia a la ola de homicidios desatada el 24 de abril.
SE DISPARAN HOMICIDIOS
En los primeros días de abril, las tres pandillas –cada una a su modo– estaban llamando a los salvadoreños a quedarse en sus casas por la COVID-19, en plena sintonía con los mensajes del gobierno.
Tres semanas después, esas mismas pandillas –la MS-13, en particular; la 18-Sureños se desmarca– hicieron que los homicidios alcanzaran las cifras más altas desde que en junio de 2019 arrancó la Administración Bukele.
RT: ¿Qué ha pasado? ¿Por qué un cambio tan radical?
Nosotros, como 18-Sureños, estamos saliendo arrastrados en todo esto. El acuerdo era no matar, no robar…, pero a ellos les ha valido madre y se han tirado la yarda [han incumplido].
RT: ¿Ellos quién: el gobierno o las otras pandillas?
Las letras [la MS-13] se han tirado la yarda. El comunicado que grabamos en video era para hacer el llamado a los contrarios y para aclarar que la 18-Sureños no ha tenido nada que ver con los homicidios.
Incluso nos han querido parar el pelo en algunas canchas [colonias o barrios con presencia de una pandilla], pero nuestros homeboys [pandillero] se han parado firmes.
Usted me pregunta que por qué el cambio, pero algunas cosas ni nosotros las conocemos. Lo que menos queremos como pandilla es que El Salvador vuelva a ser un caos, aunque la chimbomba ya reventó y las canchas están tri-aceleradas, ¿va?
RT: ¿Ustedes han participado en la ola de homicidios que inició el viernes 24 de abril?
Negativo. Ningún homeboy nuestro en ninguna cancha ha participado en ningún homicidio. Todo ha sido en canchas de contrarios.
RT: ¿La 18-Sureños tiene algún canal abierto con la Administración Bukele?
Negativo. A las cabales: ahora no tenemos ningún conecte ni con partidos políticos ni con ningún funcionario activo del gobierno.
RT: ¿Han podido confirmar si sus integrantes encarcelados están durmiendo con pandilleros rivales en la misma celda?
Ya hace días los empezaron a revolver. No es la primera vez. Acuérdese que si este gobierno dice algo es porque lo hace. O sea, que cuando el río suena es porque piedras trae. Pero ya había homeboys nuestros mezclados antes de todo esto.
RT: ¿Qué opina la 18-Sureños de esa medida? ¿Puede acabar mal?
No nos parece. Bukele es el presidente y, por el incremento de homicidios, decidió hacer más grande esa medida. Lo que busca es un conflicto entre las distintas pandillas, pero no va a conseguir lo que él quiere. Lo que está haciendo no está bien. Para arreglar un problema existe el diálogo. Con esto va a generar más violencia, precisa actualidad.rt.com.