Elisabeth Hellenbroich*
A finales de marzo, en medio de la pandemia de coronavirus, el Primer ministro húngaro, Victor Orbán, obtuvo del parlamento de su país la autorización de gobernar con leyes de emergencia para combatir el corona virus en el país. La realidad es que esas medidas de emergencia, son muy similares a las vigentes del resto de Europa, en tanto no se elimine el virus.
No obstante, a partir de entonces, una tormenta de protestas y de indignación se desató en Europa, en particular entre europarlamentarios, eurofuncionarios así como entre la gran prensa, acusando al Primer ministro de haber establecido una dictadura. Orbán es acusado, esencialmente, de “violar los valores democráticos elementales” de la Unión Europea. Algunos parlamentarios de la Unión Europea (UE), como la ex ministra alemana de Justicia KatarinaBarley, pidieron que la UE adopte medidas de castigo.
Una voz destaca en este coro, fue la del periódico alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), que el 24 de marzo publicó el comentario “Camino a la dictadura” de Rainhard Veser, conocido crítico del presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, en el que afirma que Orbán usó la crisis del covid19 de “pretexto para abolir los restos de democracia que aún existían”, tras de 10 años en el poder.
Veser argumenta que Orbán, con el fin de contener la pandemia, ha herido profundamente los derechos civiles, ya que encabeza “una especie de golpe de Estado: quiere gobernar sin parlamento”, hasta fin de año. Veser califica Hungría de “democracia deficiente en la que, si bien todavía hay elecciones libres, así como libertad de opinión, el partido gobernante, Fidesz domina casi todas las instituciones, y los principales medios de información están dominados por Orbán.
En particular se refiere a que los supuestos castigos draconianos que sufrirán los que difundan información falsa durante la pandemia, pueden llevar al “fin de la libertad de prensa y quizá pronto la UE tenga que enfrentarse a una dictadura dentro de sus filas”.
Proyecto de ley para protegerse del covid19
Habría que leer el texto del “proyecto de ley para la protección del corona virus” que publicó el sitio de internet “Hungrian Spectrum”, el cual refleja la voz de la oposición de Hungría, donde se ha comentado que dicha ley “le otorgaría a Victor Orbán poderes dictatoriales en un estado de emergencia para combatir el corona virus”.
Una mirada al proyecto de ley en sección 2 declara que “En dichas emergencias el gobierno –además de las medidas y regulaciones extraordinarias establecidas en el Acta CXXVIII de 2011 sobre el manejo de emergencias y la enmienda de ciertas leyes al respecto- para garantizar a los ciudadanos húngaros la seguridad de la vida y de la salud, la seguridad personal, la seguridad de activos y la certidumbre legal así como la estabilidad de la economía nacional, puede suspender la aplicación de ciertas leyes, desviarse de reglamentaciones estatutarias y poner en práctica medidas adicionales por decreto”.
En la sección 4 se dice que “El gobierno proporcionará información de forma regular, durante las sesiones del Parlamento, o, en su ausencia, al presidente del Parlamento y a los encargados de los grupos parlamentarios representativos, sobre las medidas que se tomen para enfrentar la emergencia, en tanto el efecto de las medidas se mantiene”.
En la sección “Obstrucción de la prevención de la epidemia”, el proyecto de ley recalca que: “Personas que obstruyan la aplicación de aislamiento epidemiológico, observación, cuarentena o control decretado con el fin de evitar la introducción o diseminación de una enfermedad infecciosa que está sujeta a cuarentena” y “personas que inicien una obstrucción de medidas epidemiológicas cometen un delito que es castigado hasta por un año de prisión” y subraya además que “las personas que afirmen o difundan falsedades o que sostengan o propaguen verdades distorsionadas” también “comenten un delito que es castigado con hasta tres años de prisión”.
En una reciente entrevista con el diario alemán Die Welt (12 de abril) la ministra de Justicia de Hungría, Judit Varga, calificó la campaña contra su país de “fakenews”, y subrayó que (se terminará) “la situación de emergencia tan pronto como pase el peligro. Este es un criterio objetivo”. Agregó que Hungría mantiene comunicación con la OMS al respecto de esas medidas, pero aclaró que “cada nación tiene que decidir soberanamente” que medidas de protección deben tomarse.
Por su parte, el embajador húngaro en Berlín, Peter Györkös, en una entrevista con Die Welt (3 de abril) rechazó con firmeza los alegatos presentados en la entrevista recalcando que la democracia de Hungría no se ha abolido”. Dijo que las “leyes de emergencia respetan la Constitución húngara” y que las medidas son necesarias para ganar la lucha contra el virus.
Esas medidas existirán por “un periodo de tiempo limitado” y continuarán en tanto persista la crisis del covid19. Dejó claro que el Parlamento húngaro no fue “abrogado”, que este sigue reunido y que no es cierto que Orbán decidiera las medidas sin consultar al parlamento; por el contrario, dichas leyes existen en muchos países como Francia y Suecia. En efecto, “fue el Parlamento el que fue informado y decidió las leyes de emergencia”.
El ex tercer vicepresidente del Parlamento Federal de Renania del Norte-Westfalia (2012-2017) y presidente de la Asociación Germano Húngara (Königswinter), Dr. Gerhard Papke, destacada miembro del Partido Liberal FDP, en una carta al FAZ (9 de abril de 2020) respondió al artículo de Veser mencionado antes.
Según Papke, el periodista del FAZ dibujó una caricatura de un oscuro potentado que sólo se aprovecha del momento para “hacerse del poder absoluto” (i.e. al implantar los decretos de emergencia). Papke afirma que la verdadera causa de la reyerta con Hungría se debe a que: “la enorme mayoría de la población húngara es contraria a la migración descontrolada; defiende una identidad cristiana así como la importancia de la tradición familiar” y, según Papke, “para muchos en la izquierda política de Alemania y de Europa Occidental esto es sencillamente “horrible”.
El hecho de que Orban ganara con una mayoría de dos tercios en las elecciones parlamentarias hacen que todo resulte todavía más “incomprensible”.
Papke agregó que el pueblo húngaro con sus siglos de experiencia histórica “ama su libertad y sabe muy bien cuando dicha libertad es amenazada”. Mencionó en particular la resistencia que el pueblo húngaro mostró contra la represión comunista en el levantamiento húngaro de 1956; que en 1989 fueron los húngaros los primeros en abrir la Cortina de acero para abrir el Camino a la libertad a los ciudadanos alemanes.
Papke sostiene atinadamente que los húngaros no necesitan “lecciones privadas” y que los alemanes no deberían ser tan arrogantes”. La Constitución húngara desde 1990, mucho antes de la llegada al poder de Orbán, señala explícitamente que el “estado de emergencia solo lo puede declarar el gobierno y sólo el gobierno puede terminarlo, dijo Papke. Las medidas para combatir el covid19 tienen que ser aprobadas por el Parlamento. Por eso, concluye con que francamente los “caminos a la dictadura lucen diferentes”.
*MSIA Informa