A fines de abril, la Justicia de Argentina decidió tomar medidas preventivas contra la propagación del coronavirus en las cárceles del país, tras seguir las recomendaciones de organismos internacionales sobre el tema y luego de que trascendiera que dos agentes penitenciarios dieran positivo en las pruebas de detección por el covid-19.
Sin embargo, la disposición ─que otorga prisión domiciliaria temporal a presos que hayan cometido delitos leves y formen parte de la población en riesgo─, causó pavor en numerosos sectores de la sociedad e instaló un debate mediático que propició la generación de numerosas noticias falsas o fake news.
La principal desinformación llegó en modo de premisa a las redes sociales: “Masiva liberación de violadores y abusadores sexuales por parte del Gobierno”, se leía en tuits, posteos de Facebook e historias de Instagram.
El mensaje era erróneo: los presos por ese delito no estaban dentro de las recomendaciones de la Justicia y, por otro lado, su porcentaje representaba un mínimo en comparación con el resto de la población carcelaria.
Aunque sí existieron casos puntuales de jueces que, a su interpretación, liberaron internos con penas por agresión sexual, las noticias en torno a la medida se distorsionaron por completo.
INFODEMIA
La propagación del coronavirus y las medidas de confinamiento obligatorio en el país sudamericano han generado la aparición de otra epidemia: las noticias falsas.
Aunque su circulación no es nueva, el aumento en el consumo de Internet y las redes sociales de los últimos meses han generado que un caudal de información falaz invada la comunidad virtual al mismo tiempo.
Este escenario, conocido como ‘infodemia’, contribuyó también a la aparición de una solución: especialistas que se unieron para contrarrestar su tráfico viral y, de esta manera, concientizar a la población.
LOS EFECTOS
Natalia Aruguete, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), a mediados de abril, junto al politólogo Ernesto Calvo, publicaron el libro ‘Fake News, trolls y otros encantos’ donde los especialistas intentan explicar, entre otras cosas, las razones por las que una noticia falsa se vuelve viral y el efecto que genera cuando se reproduce en la red.
“Hay dos grandes motivaciones para compartir una noticia falsa”, enuncia Aruguete. “Una es voluntaria y omnisciente. Es decir, el usuario tiene una clara intencionalidad de generar daño y no de emitir una información”, puntualiza.
RETRACTARSE, NO CONMUEVE
En el caso de Twitter, explica la especialista, esto incluye a cuentas falsas (trolls), usuarios jerárquicos con muchos seguidores y personas que lo hacen sin ninguna estrategia en particular.
Empero, señala la especialista, cuando una persona se percata que la noticia era falsa y decide comunicarlo en su cuenta, la viralización de su mensaje es prácticamente nula.
Retractarse por publicar una noticia falsa no conmueve hoy a los usuarios. La corrección del error deja de ser coherente con los intereses de sus seguidores en la red, finaliza la autora, reporta actualidad.rt.com