Desde los comienzos de la exploración espacial, hay quienes sospechan que muchos de los descubrimientos que han realizado los gobiernos permanecen ocultos al público. El programa Secretos de la NASA, que está por estrenar su segunda temporada en Discovery, intenta develar algunos de ellos.
Una de las historias más antiguas e intrigantes fue la que protagonizó el astronauta John Glenn en 1962, cuando se sorprendió al ver lo que bautizó como “luciérnagas” rodeando la cápsula Friendship 7.
Glenn, que se encontraba en plena órbita terrestre, señaló: “Estoy en una masa enorme de partículas muy pequeñas, que brillan encendidas como si fueran luminiscentes. Nunca vi nada parecido”, y agregó: “Me están rodeando un poco; están pasando junto a la cápsula, y parecen estrellas pequeñas”.
Friendship 7, la cápsula en la que viajó el astronauta, se lanzó el 20 de febrero de 1962, desde Cabo Cañaveral. Glenn fue el primer estadounidense en orbitar la Tierra tres veces; hazaña que puso a Estados Unidos un paso más cerca de sus contrapartes rusos, a principios de la carrera espacial.
Glenn, explicó que las luciérnagas parecían tener color verde y amarillo: “Se están arremolinando alrededor de la cápsula y pasan frente a la ventana” y “deben estar a dos o dos metros y medio de distancia, pero también las veo debajo de mí”.
En su momento, la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) especuló que la cápsula funcionaba mal y echaba chispas; otros sospecharon que la visión de Glenn era resultado de una condición médica; y no faltaron personas que buscaran un sentido más espiritual al fenómeno. Durante ese tiempo, se manejaron diversas teorías y especulaciones que despertaron la imaginación de científicos y el público en general, que comenzó a cuestionar si algo podría vivir en el espacio profundo.
Sin embargo, tres meses después, y como parte de la siguiente misión del proyecto Mercury –nombrado Aurora 7–, el astronauta Scott Carpenter, encomendado para develar el misterio, dijo que se trataba de partículas de hielo al costado de la nave que se desprendían de la cápsula al exponerse a la luz tibia del sol.
TEORÍAS CONSPIRATIVAS
Por otra parte, surgieron teorías alternativas para el fenómeno, hay quienes creen que las famosas luciérnagas eran algo más que trozos de hielo.
El proyecto Mercury, efectuado entre 1958 y 1962, tenía el objetivo de llevar a los primeros estadounidenses al espacio, y fue el que disparó la carrera espacial luego de que la Unión Soviética pusiera en órbita el satélite Sputnik, en 1957.
No obstante, las teorías conspirativas afirman que estos primeros astronautas y estas misiones, se percataron por vez primera que hay vida en el espacio, misma que la NASA y el gobierno, se han empeñado en ocultar.
Incluso, una fotografía de una de las misiones no tripuladas de los cohetes Mercury llegó a los titulares debido a un supuesto OVNI que se puede avistar en una de sus esquinas. El hallazgo tardó 55 años en salir a la luz.
Para los adeptos a estas historias, las luciérnagas espaciales que vieron Glenn y Carpenter, podrían ser una suerte de visita de una civilización que quería atestiguar de primera mano, un momento importante en la historia de la humanidad.