“Quedarse para vestir santos“, cada vez que escuchas esa expresión te da terror e inmediatamente piensas en los años que tienes y no te has casado o quizás ni pareja tienes.
El miedo a no llegar al altar para enlazar tu vida a un compañer@ de vida parece algo de otras épocas y ajeno al actual siglo XXI de las citas y ligues por Internet, en la que proliferan las relaciones informales como los famosos amigovios o parejas abiertas.
SOLEDAD SENTIMENTAL
Verónica Rodríguez Orellana, directora de Coaching Club en España, afirma que “aunque han cambiado los tiempos, el temor a la soltería pervive en muchas personas y, hoy en día, se admite que esa aversión a la soledad sentimental también la padecen los hombres, ya que antiguamente, “era cosas de ellas”, mientras que a ellos “se les cazaba” o eran denominados solteros de oro.
“Hombres y mujeres tienen temor a la soltería, si bien, ellas padecen más este síndrome, puesto que a los condicionantes sociales se une el llamado reloj biológico que, a partir de los 30 años, apremia a algunas mujeres hacia la maternidad“, indica la terapeuta Gestalt, experta en Programacion Neurolinguística (PNL) y en asesoramiento psicológico.
Anuptafobia, así se denomina al miedo persistente e injustificado a quedarse solteros para siempre o a no encontrar pareja y, en definitiva a quedarse solos, más allá si hay o no un deseo de casarse, y está regulado no sólo por la herencia cultural y el entorno social, sino también por la educación y el nivel de desarrollo personal de cada individuo, explica Rodríguez Orellana.
SE VUELVE PATOLÓGICO CUANDO…
A decir de los expertos, el normal deseo de tener pareja se vuelve patológico cuando la persona se pone en esta aspiración un rango de exigencia tan grande que anula su capacidad de disfrutar de un encuentro espontáneo.
Es decir, se padece anuptafobia “cuando se pasa de, simplemente dejar que ocurra, a planificar sistemáticamente para que se produzca recurriendo a todo tipo de artimañas y tecnologías, y cuando tener pareja se convierte en el objetivo prioritario de la persona”.
ALGUNOS SÍNTOMAS
-Estar pendiente de conocer a alguien en el trabajo.
-Juntarse con amigos o generar situaciones sólo para que nos presenten a alguien y ver qué pasa.
-Centrar la atención en observar a parejas en la calle y pensar de modo recurrente cómo lo habrán conseguido.