El omeprazol no es un protector gástrico, sino un inhibidor del ácido gástrico, cuya función es centralizar microbios y contribuir a la digestión. Con el paso del tiempo, este antiácido podría convertirse de héroe a villano.
El problema radica en que las personas, con tal de evitar un cuadro como la gastritis, lo hacen parte de su vida y desconocen que, tras dos años de consumirlo a diario, afecta la absorción de la vitamina B12, lo que deriva en padecimientos como: anemia, depresión, daño neurológico o demencia.
Quienes lo emplean de manera frecuente, notarán los cambios cuando la debilidad y el cansancio corporal sea habitual. La vitamina B12, está relacionada con la producción de glóbulos rojos y trabaja en procesos a nivel del sistema nervioso central.
El uso de omeprazol, se ha vinculado con la disminución en la absorción del calcio, situación que favorece el incremento de fracturas.
Mónica Hidalgo, doctora en Farmacia del Centro Nacional de Información de Medicamentos de la Universidad de Costa Rica, puntualizó que también se asocia con un incremento de infecciones respiratorias en adultos mayores, aunque esto ya no es por la falta de vitamina, sino porque el ácido del estómago da cierta protección contra bacterias y al ser el omeprazol una barrera contra el ácido, quedamos más expuestos a estas.
Una investigación efectuada por el Instituto Kaiser Permanent, en Estados Unidos, relacionó la ingesta de omeprazol y medicamentos semejantes con la deficiencia de B12. Al analizar a 26 pacientes, se descubrió que quienes tomaron un tratamiento de una píldora al día por dos años, tuvieron un riesgo de 65% mayor de presentar deficiencia de B12, mientras que en quienes tomaron 1.5 píldoras diarias, el riesgo se acrecentó al 95 por ciento.
