Rubén Ramírez Cárdenas fue ejecutado la noche de este miércoles mediante inyección letal, acusado por el homicidio de su prima hermana Mayra Azucena Laguna el 22 de febrero de 1997.
La madre, hermanos e hijos del mexicano oriundo de Irapuato se despidieron del reo condenado a muerte, en una visita de cuatro horas efectuada la mañana de ayer, unas horas antes de su ejecución.
La visita, encabezada por la madre del reo, Sanjuana Cardenas, varios de sus hermanos, y sus dos hijos ya adultos se dio en la Unidad Carcelaria Polunsky donde Ramírez Cárdenas ha permanecido desde 1998 poco después de ser sentenciado a la pena de muerte.
22:26 HORAS
El mexicano recibió una inyección letal este miércoles. La hora de la muerte fue a las 22:26 horas.
La Justicia de Texas rechazó la petición de nuevas pruebas de ADN de la defensa del mexicano Rubén Ramírez Cárdenas.
La decisión la tomó el Tribunal de Apelaciones Criminales de Texas, la máxima instancia penal en el estado, que consideró que la petición de nuevas pruebas de ADN respondía a una estrategia dilatoria de la defensa.
EN LA CÁMARA DE MUERTE
Ramírez Cárdenas fue programado para ser trasladado este miércoles a la Unidad Carcelaria Walls, en Huntsville, Texas, donde se ubica la cámara de la muerte.
El traslado, de 65 kilómetros, se realizó bajo fuertes medidas de seguridad y no se dio aviso del mismo hasta una vez que el reo llegó a la Penitenciaria Walls, una de las cárceles más viejas de Texas, ubicada en el centro de esta comunidad, donde desde hace más de cien años las autoridades estatales realizan las ejecuciones.
A lo largo de los últimos tres días, diferentes miembros de la familia de Ramírez Cárdenas acudieron a visitar al reo en la Unidad Carcelaria Polunsky, en visitas que se prolongaron hasta por ocho horas.
Así, Rubén pudo hablar con su madre, tres de sus hermanos y sus dos hijos, que lo visitaron las últimas 72 horas de su vida.
11 MEXICANO EN SER EJECUTADO
Ramírez Cárdenas, de 47 años, originario de Irapuato, en el estado mexicano de Guanajuato, se convirtió en el onceavo mexicano en ser ejecutado en Estados Unidos.
La esperanza de no ser ejecutado se agotó; la Junta de Perdones y Libertades Condicionales de Texas le negó clemencia pese a las apelaciones de la ONU y autoridades mexicanas que pedían anular la condena capital.
“No tengo miedo, yo sé de qué me voy a morir”, exclamó Rubén Ramírez Cárdenas 96 horas antes de que se cumpliera su pena.
Como último deseo pidió ver a su madre Sanjuana Cárdenas todos los días hasta su ejecución en la prisión Allan B. Polunsky, en Livingston. Así fue.
SECUESTRÓ, VIOLÓ Y ASESINÓ A SU PRIMA
Su mamá de 66 años de edad, lo ha acompañado en el proceso legal desde 1997, cuando fue condenado a la pena de muerte por los delitos de secuestro, violación y homicidio de su prima hermana Mayra Azucena Laguna, de 16 años.
La estudiante de secundaria fue secuestrada de su dormitorio en el apartamento de la familia en McAllen y su cadáver fue hallado más adelante en un canal cerca de un lago.
En una confesión a la policía, Ramírez dijo que él y un amigo se llevaron a Mayra en el auto de su madre, que él tuvo relaciones sexuales con su prima y la mató a golpes cuando ella peleó con él luego que la desató para dejarla ir.
El amigo que iba con él, José Antonio López Castillo, hoy de 45 años, fue sentenciado a 25 años de prisión por secuestro agravado.
“ESTABA DROGADO”
Ramírez, de 47 años, es el séptimo condenado ejecutado este año en Texas, que realiza más ejecuciones que ningún otro estado. “Yo no planeé hacer eso, pero estaba drogado con cocaína”, les dijo a las autoridades.
Declaró que después que él la golpeó en el cuello, la muchacha comenzó a toser sangre y tener problemas para respirar. Dijo que tras no conseguir resucitarla, la ató y “la dejó rodar a un canal”.