PONY, LA ORANGUTÁN QUE ERA ESCLAVA SEXUAL EN INDONESIA

PONY, LA ORANGUTÁN QUE ERA ESCLAVA SEXUAL EN INDONESIA

 

A la orangután Pony le pintaban los labios, aunque parezca difícil de creer era prostituta; en una aldea de Indonesia la violaban día a día.

 

Esto no es ficción, “Es la realidad”, lo recuerda Karmele Llano, veterinaria vasca, una de las encargadas de ayudar a readaptarla.

 

“Llegó la información de que pasaba eso, una situación completamente ilegal, y se decidió actuar”, van más de 10 años desde su rescate, se necesitó que intervinieran las fuerzas militares para liberarla.

 

“Su dueño se negaba porque era su medio de subsistencia, el pueblo donde estaba también, pues decían que le traía suerte”.

 

Ella tenía 7 años de edad en el momento en que fue rescatada; equivalente (teniendo en cuenta que viven una media de 50 años) de tener entre 13 y 14 años.

 

Nadie sabía cuánto tiempo había estado allí Pony, la dueña de la casa se negó firmemente a renunciar a la orangután.

 

¨Para ella era una máquina de dinero en efectivo y una fuente de suerte; no fue fácil liberar a Pony de este lugar terrible, cualquiera que tratara de hacerlo se enfrentaba a un ejército de pobladores de la zona que estaban armados con cuchillos”, remembra Llano.

 

The Borneo Orangutan Survival Foundation (BOS), la organización que actuó inmediatamente, recordó: “Su cuerpo estaba cubierto de picaduras de mosquito, no podía dejar de rascarse y su piel tenía múltiples infecciones”. Había sufrido toda su vida.

 

LA RESCATARON DE UN BURDEL

David Jiménez fue el primero en escribir acerca del caso de Pony y lo publicó en EL MUNDO.

 

“Fue rescatada de un burdel de la localidad de Kereng Pangi, en la provincia indonesia de Kalimantan Central; la encontraron encadenada a una cama, con los labios pintados, completamente afeitada y adornada con sortijas. Trabajadores de las empresas madereras y productoras de aceite de palma aguardaban turno para abusar de ella¨.

 

Posteriormente entraron 36 soldados del Ejército indonesio al pueblo y llevarse al animal hasta el refugio de orangutanes de Nyaru Menteng, cerca de la ciudad de Palangka Raya”.

 

TEMÍA A LOS HOMBRES

“No fue fácil su readaptación; Pony es muy lista y tenía recuerdos de lo que había vivido, en el refugio cuando un hombre se acercaba, se iba a una esquina y se orinaba encima, les tenía pánico. En cambio, eso no pasaba cuando una mujer iba hacia ella”, afirma Karmele, presidente de International Animal Rescue, ONG que ha salvado más de un centenar de estos primates.

 

“Era muy inteligente, aprendía rápido de los humanos, lo bueno y lo malo; recuerdo que descubrió el mecanismo de cómo funcionaban los ganchos del pelo solo mirando, poco a poco se fue adaptando y creímos que podíamos devolverla a su hábitat natural, el que apenas había conocido”.

 

COMENZÓ SU PROCESO DE REHABILITACIÓN

En Nyaru Menteng (isla de Borneo, Indonesia), Pony recibió la atención necesaria después de haber sido sometida a experiencias muy desagradables y comenzó el proceso de rehabilitación; vivir durante mucho tiempo con los seres humanos, en cautiverio, siendo tratada tan terriblemente tuvo serias consecuencias.

 

¨Tenía que volver a aprender a vivir como un orangután salvaje. Comenzó un complejo proceso de resocialización con otros orangutanes y también se unió a la Escuela Forestal”, explican desde BOS.

 

EN 2005 FUE LIBERADA, PERO FUE UN TOTAL FRACASO

Al ver su rápido progreso tomaron una decisión apresurada y en 2005 fue liberada en un santuario animal, “una isla más pequeña, en plan de rehabilitación”, la de Bangamat.

 

Empero, tal decisión fue un total fracaso. Desafortunadamente, ella no estaba preparada para esta etapa avanzada del proceso de aprendizaje, Pony no estaba acostumbrada a los árboles, ella prefirió quedarse en el suelo.

 

Cuando tenía hambre, esperaba a que los técnicos le dieran su comida sin tener que tratar de alimentarse por sí misma.

 

A diferencia de otros orangutanes, ella nunca exploró la isla, su viaje se limitó a cruzar un pequeño río entre las islas para ir al campamento de los técnicos y pedir comida”. Tuvo que regresar al refugio y seguir adaptándose.

 

“ELLA SE CREÍA HUMANA”: KARMELE LLANO

“Recuerdo que la veía entonces, ella se creía humana, si se colocaba en el suelo, no podía dormir ahi, buscaba un saco para usarlo como manta”, describe Karmele.

 

“Tardó en adaptarse”, ya no se pensaba en una preparación corta, serían años enseñando a Pony; dos cosas esencialmente: a no tener miedo y a sobrevivir en la jungla.

 

A mediados de 2013, especialistas decidieron que podían intentarlo una vez más “Con 17 años, Pony finalmente recibió otra oportunidad de vivir en una isla”, señala The Borneo Orangutan Survival Foundation; partió con otros siete congéneres que también fueron liberados.

 

SE ESTÁ READAPTANDO

“Sus habilidades de supervivencia están creciendo satisfactoriamente en comparación con los años anteriores; ella ahora es capaz de hacer un nido y muestra un comportamiento salvaje. Esta hembra pesa 72 kg y hoy en día es muy dominante en comparación con los otros orangutanes”.

 

Es una reina de su nueva isla: Kaja, un símbolo mundial del rescate animal.

 

Aún queda mucho por mejorar, recuerda Karmele Llano, que explora el país rescatando animales explotados; “Sabemos que el de Pony no es un caso único, es el más famoso y el que hemos podido documentar, pero hay más”.

 

 

 

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