La Armada argentina está buscando un submarino extraviado con 44 tripulantes desde el pasado miércoles. Se trata del navío ARA San Juan, uno de los tres que conforman la flota de sumergibles de Argentina, que efectuaba ejercicios de vigilancia en la zona económica exclusiva a la altura de Puerto Madryn, en la provincia patagónica de Chubut. Cuando se produjo el último contacto de radio, el submarino se encontraba 432 kilómetros mar adentro, cerca de la zona del Golfo San Jorge, según informó la Armada en un comunicado.
Enrique Balbi, portavoz de la fuerza dijo que “pudo haber una falla técnica” que provocase la pérdida de contacto con la tripulación, pero se negó a confirmar la versión dada por algunos medios locales, que hablan de un incendio en el banco de baterías, que almacena la energía a bordo. El ARA San Juan es de propulsión eléctrica y lleva a bordo 960 baterías. “No hay ningún indicio grave que se tenga del submarino, simplemente se dejó de tener comunicaciones”, aclaró Balbi.
“Se ha ordenado a todas las estaciones de comunicaciones terrestres a lo largo del litoral argentino, la búsqueda preliminar y extendida de las comunicaciones y escucha en todas las posibles frecuencias de transmisión del submarino”, especificó el comunicado de la Armada. En la búsqueda tienen participación una escuadrilla de vigilancia marítima, una aeronave y un helicóptero, entre otros medios.
Ciertos familiares de la tripulación se dieron a la tarea de acercarse desde temprano en la mañana a la base naval de Playa Grande, donde está el muelle hacia donde se dirigía el submarino. Entre lágrimas, Cristina, hermana de Javier Gallardo, un oficial que trabaja en la cocina del ARA San Juan, dijo que todos ellos están “desesperados”. “Los familiares no sabemos nada”, se quejó durante una entrevista a radio Brisas de Mar del Plata. La mujer dijo que la última vez que habló con su hermano fue hace siete días.
El “ARA San Juan” constituye uno de los tres submarinos de la Armada del país austral, junto al ARA Salta y al ARA Santa Cruz, y tiene su base en la ciudad de Mar del Plata, 400 kilómetros al sudoeste de Buenos Aires. Es de clase TR 1700 de fabricación alemana y se incorporó a la Marina argentina en 1985. De propulsión diésel eléctrica convencional, está concebido para ataques contra fuerzas de superficie, submarinos, tráfico mercante y operaciones de minado.
Entre 2007 y 2014, el Gobierno argentino lo restauró. Su casco tuvo que abrirse en dos para la colocación de cuatro motores diesel MTU de 16 cilindros y 1200 Kw de potencia, que mueven alternadores de 4.000 amperes. En ese entonces se indicó que los trabajos extenderían la vida útil de la nave al menos 30 años. Foto: clarin.com