Elisabeth Hellenbroich, en MSIA INFORMA
La visita de Estado del presidente francés, Emmanuel Macron, a China marca una nueva fase en las relaciones chino-francesas, con posibles repercusiones en las relaciones con Europa, en la perspectiva de una cooperación más equilibrada. El presidente señaló que Francia quiere construir una sociedad estratégica con China y manifestó el deseo en participar de una serie de proyectos que definirán la situación del planeta en el siglo XXI.
Junto al presidente, Xi Jinping, Macron, participó de la ceremonia de inauguración de un reactor francés de agua a presión en Taishan, donde se firmaron 20 proyectos. Entre los que se incluye, según informó el China Daily, un acuerdo entre la firma francesa AREVA y la China National Nuclear (CNNC) en materia de transformación de desperdicios nucleares que empezará a funcionar en este 2018. La planta de reciclado china, de 800 toneladas de capacidad, se construirá siguiendo el modelo de las plantas de la Hay y de Melox, reconocidas por sus técnicas, normas de seguridad y de protección, y su capacidad industrial.
También se firmaron nuevos acuerdos con Airbus, ampliando la asociación en la rama aeronáutica. Además en las conversaciones, ambos mandatarios enfatizaron la viabilidad de extender los vínculos en los campos de la energía nuclear y la industria aeroespacial. Pekín y París también cooperarán en materia de agricultura, servicios médicos y el desarrollo sustentable.
INICIATIVA CINTURÓN Y RUSIA
Macron defendió el fortalecimiento en las relaciones bilaterales en el contexto de la Iniciativa Cinturón y Ruta, gigantesco proyecto de infraestructura tendiente a revitalizar la famosa Ruta de la Seda, subrayando la necesidad de elevar la cooperación bilateral a un rango de largo alcance.
Ese mismo, día, en un discurso pronunciado por la mañana, Macron pidió lazos comerciales más armónicos de China con la Unión Europea. “Vine aquí a mostrar mi determinación para establecer la asociación Europa-China en el siglo 21.
Quiero que definamos juntos las reglas de una relación equilibrada favorable a todos, agregó, y enfatizó que el antiguo camino de China nunca fue únicamente chino, y los nuevos rumbos no pueden ir en una sola dirección. “No pueden ser los caminos de una nueva hegemonía sometiendo a los países en estados vasallos. El multilateralismo significa cooperación equilibrada”, finalizó.
“VIVIR LA ANTIGUA CHINA”
En un artículo escrito por Charlotte Gao (diplomat.com) se hace referencia a una entrevista exclusiva concedida por Macron a China org.cn en la cual afirmó:
“Estoy al tanto de la mutua fascinación que une a China y a Europa, desde las antiguas rutas de la seda que unían Xi’an con el Mediterráneo oriental. Nuestra relación es antigua en tiempo, Francia y China son dos países con diferentes culturas, pero con una vocación universal. Son dos países dispuestos a reconocerse a pesar de la distancia. Por todas estas razones quisiera iniciar mi visita de Estado en Xi’an -es una forma de vivir la antigua China.”
El discurso del presidente francés en el Palacio Daminggong en la antigua ciudad de Xi’an fue muy bien preparado, dirigido a mostrarle a China la admiración de Francia por su historia, su poesía y su arte de la guerra, desde hace muchos siglos trasmitida a Francia y a Europa por Marco Polo. Personaje que descubrió los tesoros de una sociedad desconocida plasmando sus huellas en las antiguas rutas de la seda, a la que hoy, como dijo Macron, se le da un nuevo significado y una “nueva gramática.”
Macron enalteció a China por ser “un país de inventores e ingenieros, incansable en inventar su futuro.” También elogio a “China de los guerreros” cuyas famosas estatuas de terracota visitó en la antigua ciudad de Xi’an, lugar, dijo, nutrido por los símbolos y por el respeto de las figuras de los soldados chinos, alrededor de los cuales se construyó el Arte de la guerra, un arte “culminado en los escritos de Sun Tzu (544-496 AC), conocido en Europa desde el siglo 18 y todavía estudiado en las escuelas militares de hoy día. Compartimos es mismo respeto hacia el soldado”.
Habló también sobre el hecho de que durante la Primera guerra mundial miles de chinos apoyaron a Francia -en las minas, en las fábricas, en las trincheras y en los hospitales, y muchos de ellos permanecieron ahí y fundaron familias que a su vez forman la diáspora china. También habló sobre los poetas y los pensadores de la historia china y sobre la misión jesuita en China de hace 450 años.
Subrayó en particular el papel de la Sinología nacida en Francia y la inmensa contribución de los sinólogos franceses de la talla de D. Chavannes (1894-1979), Marcel Granet (1884-1940), Henry Maspero (1883-1945), etc. Los historiadores europeos del siglo XIX querían una mejor comprensión de China referida a la sinología francesa. Habló sobre la larga amistad entre los dos países al hacer referencia al general francés Charles de Gaulle, quien en el año de 1964 decidió reconocer a la República Popular de China, en obediencia a “una voz de la razón.”
DESTINO COMÚN
Macron acentuó, Francia y China “comparten de forma muy profunda un sentido común de la historia del mundo y de sus pueblos.” No somos tan solo dos naciones, sino dos civilizaciones, dos pueblos seculares apegados en todos los terrenos a un “concepción del hombre. Tenemos, pues, un destino común. Fundado en la noción de: Inteligencia, Justicia y Equilibrio. En el mundo de hoy y de mañana la inteligencia es la clave”, dijo.
Tras señalar que China ha sido capaz de convertirse en tan sólo unas décadas en una de las principales potencias del mundo y sacar a 700 millones de personas de la pobreza, recalcó el entendimiento del país del concepto de inteligencia mostrado en los 37 millones de estudiantes en sus universidades. “China irradia su cultura a través de la red de Institutos Confucio (…) al tiempo que invierte cantidades ingentes en nuevas técnicas, en la digitalización y en la inteligencia artificial”.
También Francia es una potencia en términos de la ciencia digital, en la transformación de la energía, en la investigación, en la educación, en las industrias innovadoras del futuro, en un gran lugar financiero, en una cultura viva y comunicadora que ha contribuido mucho al mundo, También habló sobre varios proyectos del lado francés para el futuro cercano en el campo de la cultura, por ejemplo, la exhibición en el Museo Guimet sobre los tesoros de la dinastía Han, y expresó el deseo de lograr un “trabajo común” en varios proyectos culturales dedicados a la China antigua y a la China moderna. También mencionó el intercambio entre universidades, una “nueva sociedad se fundó en el campo de la innovación, la ciencia digital y técnica. Las sociedad académicas y científicas deben estar en el corazón de la sociedad estratégica imaginada.”
SIN EL COLONIALISMO EN ÁFRICA
En lo que toca a la noción de Justicia, Macron afirmó, “una de las primeras preocupaciones y tareas comunes de China y Francia, es su “lucha contra la inequidad.” Esta lucha por la justicia social sería el centro del proyecto político de China, Francia y Europa. “Estoy pensando en un campo en que China ha invertido mucho durante los últimos años: el campo de la infraestructura, de las materias primas y esto con una formidable fuerza financiera de la que carece Europa.
Al mismo tiempo, Francia tiene conocimiento histórico y cultural de África.”. Por tanto, en África ambos deberían, “crear proyectos realmente útiles para el crecimiento del continente” sin repetir los errores del pasado, por ejemplo, los de Francia con el “imperialismo unilateral”. Habló sobre la “injusticia climática” y se congratuló de la aceptación china del Acuerdo de París y su empeño en ser el primer inversionista en energías renovables.
Macron sugirió una nueva fase de la sociedad Franco-China para reiniciar la batalla para la protección climática, por lo cual recibió una fuerte ovación cuando dijo en mandarín “Hagamos grande a nuestro planeta de nuevo (paráfrasis del lema de Trump “Make America great again”)
El tercer pilar de la lucha común de Francia y China es la noción del “Equilibrio.” Macron se refirió en concreto a un “orden mundial equilibrado.” Ante las enormes tareas y dificultades del mundo, el terrorismo, el cambio climático, la proliferación nuclear, Corea del Norte, y otras, descartó las soluciones militares. Y al mismo tiempo aprender de los errores cometidos en Irak y en Libia, aseveró. China y Francia deben comprometerse a encontrar soluciones para Siria y Libia. “En nuestro mundo, Francia y China se definen a sí mismas como potencias del multilateralismo.”
“EUROPA ESTÁ DE VUELTA”
El presidente francés describió su visión de una sociedad europea y china sólida en el siglo XXI imbuida de una “nueva gramática para juntos definir el futuro”. Aseguró a su audiencia “Europa se comprometerá en esta estrategia, por ser consciente de su papel y de su lugar en los albores de este siglo.”
“Europa está de vuelta,” dijo Macron y prometió que Europa trabajará en una perspectiva de diez o quince años para transformar el continente en un continente unificado, soberano y democrático con poder científico y económico para dialogar con Estados Unidos y con China. Subrayó el trabajo de Francia con la canciller alemana, Angela Merkel, y los otros líderes europeos, disponiéndose a ser el motor y el mediador de un diálogo y de una nueva sociedad con China en el siglo XXI.
Esto significa, en concreto, cooperación con el proyecto Un Cinturón-Una Ruta. Macron expresó la esperanza de que Europa participe en el proyecto y dejó bien sentado que la nueva Ruta de la Seda significa también una Ruta de la Seda cultural, un “puente que trasmita intercambio cultural, educativo y científico.”