En 2015 surgió la Ley Korenfeld, escrita entonces por el polémico titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld Federman, quien dimitió el 9 de abril de 2015, después del escándalo que ocasionó el uso de un helicóptero oficial para fines personales. Esa fue la Ley General de Aguas que presentó la administración federal de Enrique Peña Nieto y que, desde entonces, fue congelada.
En cuanto se hizo público, el contenido de la legislación causó manifestaciones de ciudadanos, sociedad civil y académicos quienes argumentaron que violaba los derechos humanos, era privatizadora y no garantizaba la accesibilidad del líquido particularmente para la gente de escasos recursos.
En 2018, en el último año de este Gobierno federal reaparece, pero ahora bajo el pseudónimo de Ley Pichardo, que el borrador fue presentado por José Ignacio Pichardo Lechuga, Diputado federal del PRI por el Estado de México, la entidad de donde es originario el Presidente Peña Nieto.
La similitud que guarda el nuevo documento con el anterior es notable, salvo algunas diferencias que la hacen aún más riesgosa, según académicos y especialistas consultados por el periódico SinEmbargo.
Uno de esos riesgos es el propio Congreso y el ejemplo más cercano es la aprobación de la Ley de Seguridad Interior, coinciden los expertos. El temor es que el borrador se vuelva rápidamente una iniciativa que puede ser aprobada gracias a la mayoría que tiene el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a pesar del malestar que genere en la población, explican.
Así ocurrió con la Ley de Seguridad Interior, y así puede pasar con la Ley General de Aguas, alerta.
José Ignacio Pichardo, priista mexiquense, es hijo de José Ignacio Pichardo Pagaza, quien fue Gobernador del Estado de México del 11 de septiembre de 1989 al 15 de septiembre de 1993, además de titular de la Secretaría de Energía en el sexenio del Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
José Ignacio junior preside la Comisión de Agua Potable y Saneamiento, que se encuentra integrada por 10 priistas, seis panistas, tres perredistas, tres legisladores del Partido Verde, uno de Nueva alianza, uno de Movimiento Ciudadano y uno de Morena.
El documento –que consta de seis capítulos– puede volverse en por lo menos dos semanas una iniciativa que pueda ser llevada a Pleno, se turne a dictamen y pueda ser aprobada, incluso en fast track.
Reformar el sistema de aguas del país es la “joya de la corona” de la Reforma Energética de Peña Nieto, y en específico para actividades como la explotación de hidrocarburos con la técnica del fracking, que demanda una gran cantidad del vital líquido para realizarse, advierten los analistas. Foto: El Proyecto Matriz