Manú Dornbierer
La Semana Santa fue especialmente dura para la mayoría, no solo en México sino en el mundo . La cantidad de malas noticias aquí y en el planeta todo fue impresionante. En lo personal estuve a punto de deprimirme, pero en eso leí una noticia que me hizo comprender cuan relativo es todo. Y aún no me acabo de reír: “Profeco investiga carestía de productos”, decía el título que vi con el rabillo del ojo.
Regresaba del super, indignada por los altos precios de lo que un día fue una tienda popular llamada “Comercial Mexicana” y que después compró “Soriana” . Hoy la Comer es parte del emporio de esa tienda mexicana, norteña de origen, con la que aseguran, se asoció Peña Nieto para ganar la elección presidencial hace seis años. Y hoy de Comercial tiene mucho, en exceso, pero de Mexicana, ya poco. Pues dicen que dijeron que la mitad le pertenece al abominable bancote gringo Citybanamex y la otra parte a…..
¡Ay , no sé si decirlo!, porque ya me cayó de nuevo el chahuistle de la censura como no me había sucedido en años, otra vez y muy grueso, sobre todo por la pérdida del público que me ha seguido en los periódicos que se llaman Soles y otros títulos como ya les conté, lectores de prensa escrita, sin hablar del hoyo económico que me causan porque a mí sí me pagaban a diferencia de a la gran mayoría de sus colaboradores gratuitos de los Soles a los que, pobrecitos, les basta con el honor de que los publiquen.
Otros diarios , de cadenas – que creo- no son del gobierno, andan medio tembeleques por lo que escribo, pero la neta es bastante light , ¿Tanta así es la presión contra la libre expresión? Bueno, no hay que rajarse nunca y menos a estas alturas del partido, así que ahí les va lo que dicen que dijeron:
Aseguran simplemente que la otra mitad de Soriana es del mero “presiso”, sin C, y que además dentro de la cadena que tiene en el país, hay una “ Soriana” en la CDMX, allá por Tlalpan en el sur, que causó una hecatombe… y nadie chistó.
Cuando solo leí de paso la primera parte del título de Profeco pensé satisfecha que ya era hora que les paren el alto a los canijos hambreadores del pueblo, pero cuando vi el resto y leí la nota periodística, entonces me empecé a reír y no paro. Este es el título completo de la nota que seguramente produjo la misma reacción en muchos y quizás también las ganas de saber más de la realidad de esos establecimientos que son un problema mayúsculo del país:
- “Profeco investiga carestía de productos … en cárceles ; la denuncian tres capos”.
Retomo la info de marras de Aristegui Noticias. Carmen no es mentirosa, diga lo que diga el gobierno, que asegura por boca de Ciro Gómez Leyva, en Radiofórmula, que fue “totalmente falso” lo que ella dijo sobre la inmoralidad interna del PRI capitalino en aquel reportaje en MVS, de los Vargas, que le causó la broncota:
“La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) investiga la denuncia de tres capos del narcotráfico recluidos en penales federales, quienes junto con decenas de internos protestaron por los altos precios de Cheetos, Doritos y más comida chatarra.
La denuncia fue publicada en una nota del diario Reforma. En ella se explica que los presos denuncian que los Cheetos de 255 gramos han pasado de 43 pesos a 60 pesos con 50 centavos y los Doritos aumentaron de 48 a 62 pesos.
La Profeco emitió un comunicado informando que ya requirió información a la empresa Klasnic, S.A. de C.V., proveedora de los productos que se comercializan en los Centros Federales de Readaptación Social (Ceferesos). También aseguró que personal de la dependencia ya se ha reunido con representantes de la compañía.
“La Profeco reitera que todos los consumidores, independientemente de su condición y de las circunstancias en las que participan como consumidores, incluidos los centros penitenciarios, cuentan con el manto protector de la Ley Federal de Protección al Consumidor, por ser un derecho constitucional. Por consiguiente, la institución estará atenta a las quejas y denuncias de estas personas sin que sea óbice el hecho de que estén privadas de su libertad”.
En el sitio web del supermercado Walmart, dos paquetes de Cheetos de 250 gramos se ofertan a 59 pesos, menos de lo que cuesta un solo paquete en un penal federal, de acuerdo con la denuncia de los reos. Los Doritos de 370 gramos se venden a 55 pesos, 7 pesos menos de lo que, acusan los reclusos, cuestan en la cárcel.