La figura como ayuda a tu salud emocional

 

Conseguir una bonita figura es para algunas personas la mejor manera de lograr un buen estado mental.

 

Al igual que no estar a gusto con nuestra apariencia puede ser la causa de determinados problemas emocionales, se puede conseguir un efecto contrario. Tener una figura atractiva ayuda a ganar en autoestima, lo que se traduce también en una sensación de bienestar mental que no pasa desapercibida. A veces se puede conseguir con determinados cambios en las costumbres, mientras que en otros casos hará falta algo más. En cualquier caso, los complejos se pueden combatir.

 

 

Alimentación y ejercicio como armas esenciales

 

Cuando se trata de esculpir la figura, lo normal es cambiar la forma de comer y hacer deporte. De este modo, se puede obtener un resultado más o menos positivo dependiendo del esfuerzo e interés con el que se haga, entre otros factores.

¿Por qué hay quien se pasa toda la vida a dieta y no logra perder peso o lo vuelve a coger? En resumen, porque las acciones que se toman no suponen un auténtico cambio. Es verdad que se hace dieta, pero también que a menudo cuando esta termina se retoman viejas costumbres. Lo que lleva al efecto rebote.

En otros casos es posible que debido a ciertos problemas hormonales o de otro tipo no se pueda acabar con la grasa solo de este modo. Ahí es donde entra en juego la tecnología, ya que la lipoescultura ultrasonica laser da buenos resultados y además no es necesario pasar por un quirófano, con el riesgo que supone someterse al bisturí.

 

Refuerzo positivo: el apoyo de un profesional

 

A veces el aumento de peso se produce por ciertos problemas de ansiedad. Hay quien llena el vacío con atracones de comida, que hacen que al mirarse en el espejo se sienta aún peor. La ansiedad se incrementa y también los atracones, en un círculo vicioso del que es muy difícil salir por los propios medios.

En este sentido juega un papel esencial la figura de un psicólogo que trabaje para mejorar el estado emocional. Si se logra romper el círculo, la ansiedad se reduce, lo que ayuda a controlar las ganas de comer y poco a poco se puede recuperar la figura. El doctor Augusto Castaño Recio es un profesional con décadas de experiencia tratando problemas relacionados con las emociones. Y puede certificar la relación entre el bienestar físico y el emocional.

 

Dejar de fumar, otra gran ayuda

 

Otro elemento que perjudica cuando se tiene ansiedad y nos envuelve en una peligrosa rueda es el tabaco. La dependencia al cigarrillo afecta a nivel físico y mental, ya que el cerebro necesita nicotina para sentirse mejor, pero es una situación irreal que solo aumenta el problema. Por otra parte, a nadie se le escapa la idea de que esta sustancia es nociva, por lo que lo ideal es no haber empezado a fumar. En caso de que sea tarde, hay métodos que pueden servir para romper con el hábito, como los ya famosos vaper que en algunos casos han servido para dejar de lado la cajetilla de tabaco.

Cuando el organismo se depura y elimina estas sustancias, se puede llevar una vida más sana y activa, que mejora la figura y por tanto eleva la sensación de bienestar.

 

La combinación de cuerpo y mente es posible, y recomendable

 

En cualquier caso, cabe destacar que es importante tratar de cultivar tanto un buen estado emocional como el físico. Ambos factores se complementan y sirven como incentivo para seguir mejorando. A veces se puede incorporar algún elemento con el que realizar el cambio de sentido que hace falta, como el caso de la psicología del que hemos hablado. También es bueno el uso de la fisioterapia, que sirve tanto para relajar como incluso para darle forma al cuerpo. De ahí hay algunos piensen en un Master de fisioterapia a distancia para ayudar a quien lo necesita en la medida de lo posible.

Si al mirarte en el espejo no te gusta lo que ves, no dejes que te invada una sensación de malestar. Úsalo como revulsivo para un cambio y trabaja por conseguir una figura que te sea más agradable. Y si sientes que no puedes hacerlo por tus propios medios, no dudes en pedir ayuda. No es ninguna derrota hacerlo, sino un signo de valentía.

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