Las tres víctimas de abusos del cura chileno Fernando Karadima demandaron que el papa Francisco “transforme en acciones ejemplares y ejemplificadoras sus cariñosas palabras de perdón”.
Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, que sufrieron los abusos cuando eran menores de edad, señalaron que el papa se mostró “muy receptivo, atento, empático” en sus reuniones a solas con cada uno de ellos en la residencia Casa Santa Marta, y que les pidió sugerencias que ellos le mandarán en los próximos días, explicaron en un comunicado conjunto.
Los tres, que estos días se reunieron con el pontífice argentino, dijeron que, además, se necesitan “acciones”, pues “de no ser así, todo esto será letra muerta”.
En el comunicado, las tres víctimas reconocieron que el papa les pidió perdón “en nombre propio y a nombre de la Iglesia universal”, un gesto que dijeron agradecer igual que “la hospitalidad y generosidad” recibida en estos días, en los que han sido acogidos en el Vaticano.
Cruz, Hamilton y Murillo mantuvieron por separado reuniones con el pontífice y en ellas le expusieron “la gravedad del encubrimiento del abuso, porque lo sostiene, lo replica, lo hace impune y favorece la creación de redes de abuso dentro y fuera de la Iglesia”.
Los tres denunciaron que, durante los últimos diez años, fueron tratados “como enemigos” porque lucharon “en contra del abuso sexual y el encubrimiento en la Iglesia”, pero matizaron que “en estos días” conocieron “un rostro amigable de la Iglesia, totalmente diferente”.
Karadima fue sentenciado en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia por estos hechos, que fueron encubiertos durante muchos años por el obispo de Osorno, Juan Barros.
Este ha sido defendido a ultranza por el papa Francisco, pero, tras la investigación que ordenó al obispo maltés Charles Scicluna, aseguró que había sido mal informado, pidió perdón a todas las víctimas y convocó a Cruz, a José Murillo y James Hamilton al Vaticano para poder hablar con ellos privadamente.