Gina Haspel, candidata de Donald Trump para dirigir la CIA, se comprometió este miércoles a no reanudar el programa de torturas que la agencia puso en marcha tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y en los que ella misma participó en una prisión secreta en Tailandia.
Haspel hizo estas declaraciones en el comité de inteligencia del Senado, que examina su candidatura para dirigir la CIA.
Haspel ha laborado durante 33 años como agente encubierto y solo en las últimas semanas la CIA ha divulgado el destino de algunas de sus misiones, en un esfuerzo de transparencia por lavar la imagen de la agente y cosechar el apoyo de una mayoría de senadores para su confirmación.
Lo que más preocupa a los senadores es el papel que Haspel tuvo en 2002 cuando se encargó de supervisar una cárcel secreta que la CIA tenía en Tailandia y donde fue interrogado un sujeto acusado de pertenecer a Al Qaeda: Abu Zubaida .
Abu Zubaida fue interrogado antes de que Haspel se hiciera cargo de la cárcel y fue sometido 83 veces a la técnica de ahogamiento simulado, que consiste en verter agua sobre el rostro cubierto con una tela para provocar la sensación de asfixia al interrogado.
De 61 años, Haspel comenzó a trabajar en la CIA en 1985 y lidera la agencia de manera interina desde la nominación como secretario de Estado de Mike Pompeo, que dirigió la agencia durante quince meses, mientras que Haspel ocupaba el puesto de “número dos” y se encargaba de dirigir las operaciones diarias de la agencia.
Haspel se enfrenta a una confirmación difícil, puesto que los republicanos del Senado tienen una estrecha mayoría de 51 escaños frente a los 49 demócratas y algunos senadores republicanos, como Rand Paul, ya han anunciado que votarán en su contra por su papel en los interrogatorios de la CIA.