El rey Abdullah de Jordania reemplazó el lunes a su primer ministro en una medida para desactivar las mayores protestas en años sobre las reformas respaldadas por el FMI, que han tenido un fuerte impacto sobre los más pobres.
Los planes del gobierno para elevar los impuestos han llevado a miles de personas a las calles de la capital Amán y otras partes de Jordania desde la semana pasada, sacudiendo al país árabe, aliado de Estados Unidos, que ha permanecido estable durante años de disturbios regionales.
El rey Abdullah designó a Omar al-Razzaz, un ex economista del Banco Mundial, para formar el nuevo gobierno después de aceptar la renuncia de Hani Mulki, dijo una fuente ministerial. Razzaz era ministro de Educación en el gobierno anterior.
PRIMER MINISTRO JORDANO DIMITE
Hani al Mulki, primer ministro de Jordania, presentó su dimisión al rey de Jordania, Abdalá II, el cual ha pedido al actual Ministro de Educación, Omar al Razaz, que forme un nuevo ejecutivo tras una reunión que se produjo en el palacio de Al Huseiniya.
El elegido estudió en Harvard y ocupó varios puestos destacados en el sector público y privado, y también trabajó en el Banco Mundial (BM), lo cual le podría ayudar a gestionar la actual crisis desatada por la aplicación de las medidas de austeridad dictadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La ley elaborada por el Gobierno de Al Mulki pretende mejorar la administración tributaria y aumentar el número de contribuyentes en 6%, rebajando el umbral de ingresos exigido para pagar el impuesto sobre la renta, además de imponer tasas sobre las empresas de diferentes sectores.
Los sindicatos jordanos convocaron la semana pasada una exitosa huelga general en contra del proyecto de ley y miles de ciudadanos se han manifestado en las calles en las pasadas cuatro noches para pedir la dimisión del jefe del Ejecutivo.
Este también perdió la confianza de decenas de diputados, que pidieron al rey que le apartara del cargo después de haber provocado esta situación “explosiva”, que llega en el mes sagrado musulmán de ramadán, por lo que el Parlamento no celebra sesiones.