Un abrazo puede parecer mucho para una persona, ya que puede ser considerado como fuentes de alivio, de agradecimiento, de amor, de apoyo para lograr lo que uno quiere. Una simple acción puede ser capaz cuando son dados con sinceridad y de la persona que más quieres, hasta de un desconocido, puede ser bien recibido.
¿Qué nos hace sentir cuando recibimos abrazos de alguien?
Cuando alguien nos da un abrazo se activa los receptores de presión que tenemos en la piel, los cuales se conocen como corpúsculos de Pacini, respondiendo ante la presión profunda. Enviando los receptores señales inmediatamente al nervio vago. Es en ese instante cuando comienza a sentirse uno bien porque los nervios se conectan con fibras nerviosas que llegan a diferentes pares craneales y desempeñan un papel importante en lo que es la regulación de la mayoría de las funciones clave del organismo. Disminuye así la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
¿Cuántos abrazos necesitas al día?
Uno podría vivir sin abrazos pero eso es como morir lentamente, un poco cada día. Es por ello, que la psicoterapeuta familiar Virginia Satir afirmó: “Necesitamos 4 abrazos al día para sobrevivir, 8 abrazos para mantenernos y 12 abrazos para crecer.”
Unos investigadores también nos dicen que los abrazos ayudan mucho al ser humano a poder lidiar con el estrés y que en algunos casos las áreas cerebrales encargadas de atenuar el miedo se activan. Las manifestaciones de los abrazos tienen un potente efecto sobre nuestro cerebro, ayudándonos a lograr un estado de relajación y bienestar, a la vez que nos permiten afrontar mejor las situaciones del estrés y el miedo.
Por ello, aunque uno no reciba una dosis de 8 brazos, uno debe intentar al menos recibir una pequeña dosis de estos abrazos para poder sentirnos mejor como personas. Muy aparte que nos hacen sentir amados y acompañados también liberan la tensión de nuestro organismo.