El cohete japonés de fabricación privada se estrelló el pasado 30 de junio contra el suelo en Hokkaid y causó una enorme explosión.
De acuerdo a medios internacionales, el cohete espacial, de 10 metros de altitud y 1.150 kilos de peso, se desplomó varios segundos después de su lanzamiento, realizado en el norte de Japón.
MOMO-2 fue construido por la empresa Interstellar Technologies y es capaz de ascender a una altura de 100 kilómetros, aunque durante este ensayo el misil tan solo logró alcanzar varias decenas de metros.
NO HUBO HERIDOS
De acuerdo a la empresa propietaria del cohete, nadie resultó herido durante el incidente y según su presidente, Takahiro Inagawa, el misil cayó tras haber sufrido un fallo en su motor principal.
Inagawa se disculpó por este accidente y declaró que su equipo recogerá los escombros para analizar las causas y poder mejorar el cohete.
En julio del año pasado, el MOMO-1 se elevó tan solo 20 km, en lugar de los 100 km que debía alcanzar, hasta detenerse en el aire tras un fallo del motor y caer en el océano. La empresa Interstellar Technologies, Inc., utiliza componentes disponibles comercialmente para crear mini cohetes de bajo costo.