Conoce la cárcel del fin del mundo

 

La prisión que funcionó de 1902 a 1947 en la ciudad de Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego, en el extremo austral de Argentina, se ha vuelto un museo que resalta como atracción turística sin par en esa zona del país. La cual también es conocida como la cárcel del fin del mundo.

Hasta Ushuaia arriban viajeros interesados en conocer cómo eran las condiciones de vida hace más de un siglo de los reclusos.

Se trata del “Presidio Nacional”, cuya construcción empezó en 1896 como medida del gobierno argentino para reforzar la soberanía en una zona inhóspita, 3.112 kilómetros al sur de Buenos Aires, y cuyos fríos y severos pasillos impresionan a quienes los recorren.

Araceli Velazco, encargada de las visitas guiadas en español e inglés del museo, explicó durante un recorrido que los turistas se entusiasman con el paseo “porque se puede ver cómo era vivir en este edificio de principios del 1900”.

En 1920 la cárcel contaba con cinco pabellones de 76 celdas exteriores cada uno.

Las 380 celdas eran unipersonales, aunque con el correr de los años la cárcel llegó a alojar a más de 600 condenados.

En 1943, pocos años antes del cierre del penal, se inauguró un nosocomio que luego fue el hospital de la Base Naval y por mucho tiempo el único de la zona.

Velazco relató que el presidio “funcionó hasta 1947 como cárcel.

La guía recordó que “una de las ideas más importantes que tenía esta cárcel es que ellos (las autoridades) consideraban que el trabajo era rehabilitador. El trabajo era obligatorio, por lo que los presos tenían que trabajar no sólo para el edificio, sino también para la ciudad”.

Además, los reos estuvieron a cargo de construir puentes y de la explotación forestal de los bosques cercanos, lo que permitió en 1910 habilitar el tendido de vías para la circulación del tren en la zona más austral del mundo.

El penal tuvo 30 sectores de trabajo, algunos de los cuales quedaban fuera del complejo carcelario.

En 1947 el gobierno argentino dispuso la clausura de la cárcel y las instalaciones fueron transferidas al Ministerio de Marina y en ellas se instaló la Base Naval en 1950.

El edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional por ley del Congreso de la Nación en abril de 1997.

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