Hoy, muchos mexicanos han adquirido la costumbre de adoptar perros y tratarlos como si fueran sus verdaderos hijos. Moisés Heiblum, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, afirma que este comportamiento puede ser perjudicial.
Según indicó el especialista a Publímetro, comportamientos como gastar más dinero en el perro que en uno mismo, comprarle ropa “humanoide”, publicar fotografías en redes sociales del animal en las que parece que este se está tomando una “selfie”, crearle perfiles en redes sociales, llamarlo “mi bebé” y otras actitudes parecidas podrían ser señales de que se padece de algún trastorno psicológico.
Para empezar, según el especialista, cuando uno “invierte” tanto en una mascota provoca que los humanos comiencen a generar grandes expectativas en el perro o en el gato adoptado.
¿Quién lo necesita más, el animal o yo?
El especialista asegura que perros y gatos no son tan “inocentes” como parecen, y son conscientes de la relación costo-beneficio de comportarse mal pues saben que cuando incurren en algún comportamiento de ese estilo, pueden llamar la atención y obtener algún beneficio de los dueños.
Es por eso que el académico llamó a los dueños a no integrar a los animales en rituales y costumbres humanas debido a que no necesitan ni comprenden eventos como bodas o fiestas de cumpleaños:
“Son situaciones incómodas e incomprensibles para ellos”.
De acuerdo con el especialista, los animales solo necesitan no padecer hambre o sed, contar con un lugar para resguardarse del ambiente, recibir atención médica y tener libertad para expresar su comportamiento animal (y no el comportamiento humano al que los obligan ciertos dueños).