Ivette Sosa
“Obra de manera que la razón de tus actos pueda servir de ley universal”, escribió el célebre filósofo Immanuel Kant. Esta breve pero tan importante frase debería estar en la puerta de todas y cada una de las oficinas públicas de México, en todos los niveles.
Los servidores públicos deberían ser personas que están para servir, que no servirse de los puestos públicos con la cuchara grande, como ha sucedido en nuestro país. Y para qué desgastarnos con tantos ejemplos que tenemos en México que tanto la prensa nacional como internacional han consignado, por el escandaloso hedor de corrupción.
Coincido con la literata española Cecilia Bohl de Faber, quien escribió: “Sé justo antes de ser generoso, sé humano antes de ser justo”. Para servir, indudablemente, se debe ser un buen humano.
NO BURÓCRATAS, SERVIDORES PÚBLICOS, SÍ
Urge, pues, que los burócratas en México empiecen a entender que, antes que nada, son servidores públicos: personas que brindan un servicio de utilidad social. Es decir, aquellas tareas que realiza benefician a otras personas y no genera ganancias privadas (más allá del salario que pueda percibir el sujeto por este trabajo).
En mi trayectoria como periodista he conocido a excelentes servidores públicos, también a muchos otros que no lo son. Que están en nómina pública, por nepotismo o por coto de poder, sin tener los méritos suficientes, los estudios, la experiencia o la calidad humana que se requiere, Ese llamado don de gente, que cuasi está en extinción en sociedades como la nuestra.
Ello viene a cuento luego de conocer a Alma Elizabeth Salvatierra García, secretaria particular del Maestro Luis Cano Guerrero, titular de la Fiscalía Desconcentrada de Investigación en Iztacalco.
Mientras el Maestro Cano es una persona educada, con una oficina de puertas abiertas, ¡me consta! Su secretaria particular es una persona déspota, grosera, prepotente, a la que se debe sacar cita, para que atienda a la gente, si es que le da la gana hacerlo. ¡No me lo dijeron!, personalmente soy testigo de ello.
Maestro Luis Cano Guerrero, titular de la Fiscalía Desconcentrada de Investigación en Iztacalco.
ACOSO LABORAL
De hecho, desde hace varias semanas ya habíamos recibido en la Redacción de diarionoticiasweb.com, varias llamadas de trabajadores denunciando el clima de terror laboral o mobbing que Salvatierra García ha encabezado desde que llegó a la Fiscalía de Iztacalco, procedente de la Fiscalía de Xochimilco, donde era Ministerio Público.
“Salvatierra García nos grita e insulta por cualquier situación, no le importa que estén abogados, policías o compañeros cerca. Pierde los estribos y siempre se jacta de su cargo, también de su gran amistad con el Maestro Cano”, comentan los trabajadores.
Es un hecho la agresividad y prepotencia con la que se maneja Alma Elizabeth Salvatierra García. ¡No me lo dijeron!, personalmente soy testigo de ello.
Resulta que una sobrina sufrió robo con violencia en la Unidad Infonavit Iztacalco; acudí a la Fiscalía a una consulta, como lo he hecho en otras ocasiones. Después de esperar más de 20 minutos, la secretaria particular del Maestro Cano estaba muy ocupada para recibirme. Tenía que sacar cita para ser recibida por ella (sic).
Esto me sorprendió profundamente, ya que he tenido oportunidad de tratar con Luis Cano y siempre él ha tenido la deferencia de atender alguna solicitud de mi parte como la de cualquier otro ciudadano, tal y como debe hacerlo todo buen servidor público.
Bueno, ello cuando estaba como su secretario particular el licenciado Alfredo Álvarez del Toro, un gran ser humano, un caballero y un excelente abogado, que siempre tenía respeto hacia nuestras consultas y peticiones, tanto en mi calidad de periodista como de ciudadana de a pie.
También -me consta- siempre hablaba con respeto y educación a sus compañeros, ello se reflejaba en un ambiente de suma cordialidad en la Fiscalía, que uno, como ciudadano y en mi caso, también como reportera percibía. Ahora existe tensión y preocupación entre el personal.
FÚRICA Y GROSERA
A pesar de que estaba muy, muy, pero muy ocupada, Alma Elizabeth Salvatierra García salió de su oficina, me miró de pies a cabeza y, en un tono prepotente, despectivo, me dijo, ¡haber, pásele! Me senté y frente a mí estaba una mujer fúrica y grosera.
Empezó a cuestionarme, con burla, que quién era yo; que si yo sabía de Derecho y si era abogada. Le dije que “No, que soy periodista con especialidad en periodismo digital” y que por eso iba a consultarla. No le interesó mi petición, ella seguía cuestionanádome.
No estaba yo frente a una secretaria particular, porque así jamás debe comportarse una persona con ese cargo. Yo lo fui de un importante periodista de México, hace más de 25 años y uno sabe que se convierte no sólo en la mano derecha del jefe, también en su imagen misma. Pero como así no es el Maestro Cano, decidí levantarme y, a grito abierto, Salvatierra García me ordenó que me sentara.
Le dije que no lo haría, que no podía conversar ni solicitar asesoría con una persona como ella. Que mejor la buscaría por otros conductos, vía Comunicación Social o directamente la solicitaría en la Subprocuraduría de Averiguaciones Previas, que ahí sí me atenderían y que, además, reportaría su comportamiento. Salí de su oficina y detrás de mí, ella, a grito abierto.
EL TELÉFONO ROJO
Directamente fui al Teléfono Rojo, que se promociona como línea directa con la Visitaduría Ministerial, cuyo objetivo es: “Recepcionar y tramitar quejas sobre deficiencias en los servicios de las Agencia del Ministerio Publico y la integración de las Averiguaciones Previas”.
“Que te ayuda a canalizar y resolver tu queja, comentario o sugerencia sobre el servicio de la Procuraduría”. Tomaron nota de los hechos y mis datos y prometieron estar en comunicación conmigo.
Estoy a la espera de que SÍ lo hagan.
SERVIR CON RESPETO
Resulta muy preocupante se permita que sigan habiendo servidores públicos como Alma Elizabeth Salvatierra García que no saben servir con respeto, educación y prontitud al ciudadano de a pie. Menos en materia de Procuración de Justicia.
Resulta preocupante que el Maestro Cano no se haya dado cuenta que tiene como secretaria particular a una persona déspota, altanera y prepotente, que ha generado un clima de terror laboral en la Fiscalía Desconcentrada de Investigación en Iztacalco, cuando él no sólo es un gran conocedor del Derecho, también es un caballero y un excelente servidor público.
Foto que ilustra nota: @PGJDF_CDMX