Mesa de Redacción
Los científicos han señalado que cada vez que llueve cae más agua en menor tiempo. Les llaman, incluso, lluvias atípicas.
Está claro que la Ciudad de México, pese a las advertencias de expertos, no se ha preparado para este tipo de contingencias, y se vuelve un caos: encharcamientos y anegaciones en vías principales, se dañan los semáforos y las señalizaciones no funcionan.
Los conductores quieren llegar a sus hogares pero hay un caos vial; el servicio de transporte demuestra su ineficacia, los taxistas quieren hacer su agosto cobrando a su arbitrio. El STC Metro para o va a marcha lenta. La urbe se desquicia y los habitantes muestran su desesperación.
Esto es lo que vivió nuestro reportero Víctor Manuel Rojano Cruz.
