¿Es sano comer avena todos los días? Un estudio halló que ciertos tipos de avena son dañinos por el uso de químicos usados en su producción.
Experimentos independientes, financiados por el Grupo de Trabajo Ambiental (EGW, por sus siglas en inglés), se dieron a la tarea de probar que varias marcas populares de avena usan el pesticida tóxico Roundup.
El ingrediente activo de este producto desarrollado por Monsanto es el glifosato, conocido por ser causante de cáncer. A principios del mes de agosto, un jardinero de California con cáncer terminal ganó una demanda por 289 millones de dólares contra la empresa por los daños ocasionados a su salud.
De las 45 muestras analizadas, se identificó el glifosato en todas menos dos.La investigación promovida por EGW probó más de doce marcas de alimentos basados en avena de alto consumo entre los estadounidenses. En abril pasado, otra organización independiente (llamada US Right to know) denunció la existencia de correos electrónicos de la Administración de Drogas y Alimentos en donde se habla del hallazgo de fuerte cantidades de glifosato en varios alimentos que nunca fueron dados a conocer.
Los productos contaminados, apunta la investigación de EGW, pertenecen a empresas populares como Quaker, Great Value, Nature Valley, Cheerios y Kellogs; y los tipos de comida incluidos van de la granola instantánea y el cereal para desayunar hasta las barras de granola. Según EGW, cada año más de 113 millones de kilos de glifosato son rociados sobre sembradíos de maíz y soya, alterados genéticamente para soportar este pesticida. El glifosato se ocupa también sobre campos de avena, cebada, avena y frijol que no han sido modificados, porque acelera el proceso de cosecha de las plantas.
Si bien la avena o sus derivados no representan una amenaza directa para la salud, es necesario tomar en cuenta el largo camino que este tipo de productos alimenticios recorre hasta llegar a nuestra mesa. El peligro no sólo puede radicar en los productos químicos empleados durante la siembra y la cosecha, sino también en la calidad del agua y la tierra en la que crecen nuestros futuros alimentos.