El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió en que México pagará por el muro que quiere construir en la frontera común, lo que vuelve a poner sobre la mesa el tema que más ha tensado la relación con el país vecino un día después de su amistosa llamada con el mandatario mexicano, Enrique Peña Nieto.
“Sí, el muro se pagará muy fácilmente; lo pagará México. En último término lo pagará México”, dijo Trump en declaraciones a periodistas desde el Despacho Oval, al ser preguntado por sus planes para ese polémico proyecto.
Esa afirmación retoma un tema que Trump y Peña Nieto esquivaron durante su llamada telefónica de este lunes, que las cámaras pudieron grabar al completo y que estuvo centrada en celebrar el acuerdo preliminar para remodelar su relación comercial, que podría poner fin al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
RECULA VIDEGARAY
Inmediatamente después de que se difundiera la afirmación de Trump sobre el muro, el canciller mexicano, Luis Videgaray, respondió a esas declaraciones en un mensaje publicado en Twitter.
“Con Estados Unidos hemos alcanzado un entendimiento comercial, y hoy hay perspectivas alentadoras para la relación entre ambos países. Lo que simplemente NUNCA va a suceder es que México pague por un muro. Eso nunca ha estado a discusión”, zanjó Videgaray, que ha estado muy implicado en las negociaciones comerciales.
ROCES DIPLOMÁTICOS
Las diferencias sobre el pago del muro han sido el mayor factor irritante en las relaciones entre Estados Unidos y México desde la llegada al poder de Trump, y Peña Nieto ha cancelado dos visitas previstas a Washington debido a roces relacionados con ese asunto.
En una conversación telefónica en febrero pasado, Peña Nieto pidió a Trump que dijera públicamente que México no financiaría el muro, algo a lo que el mandatario estadounidense se negó tajantemente.
Estados Unidos y México anunciaron este lunes un principio de pacto comercial que Trump bautizó como “Acuerdo de Comercio de Estados Unidos y México”, por considerar que TLCAN tiene “connotaciones muy negativas”.
El acuerdo, que aún debe ser ratificado por el Congreso estadounidense y firmado, tendría una vigencia mínima de 16 años y afectaría, entre otros, al sector automotriz.
El porcentaje de los componentes de automóviles que deben proceder de Estados Unidos y México aumentaría bajo el acuerdo hasta el 75 por ciento, y se exigiría que el 40 por ciento de la producción sea hecha por trabajadores que cobren más de 16 dólares la hora.