En una playa en Aitoliko, Grecia, pudo observarse un espeluznante panorama: una telaraña de 300 metros cubrió la amplia zona.
Durante la temporada cálida, las arañas Tetragnatha elaboran sus nidos. El fenómeno estacional, aunado a un incremento de la población de mosquitos, alimento de las arañas, causó la tremenda cantidad de telaraña, explicó la profesora de biología molecular y genética de la Universidad Demócrito de Tracia, Maria Chatzaki.
“Es como si las arañas se estuvieran aprovechando de estas condiciones y estuvieran teniendo una especie de fiesta. Se aparean, se reproducen y crean una generación completamente nueva”, indicó la investigadora.
Afortunadamente la experta también dijo que las arañas no son peligrosas ni para las personas, ni para el ambiente. “Las arañas tendrán su fiesta y muy pronto morirán”.
