Una fémina fue al médico porque pensó que tenía cansancio por estrés. Luego de ser examinada se enteró de que le quedaban pocos días de vida.
“Creí que era solo una cruel bienvenida a mis 30 años”
También le sangraban las encías y su orina se volvió más oscura de lo habitual, sin embargo ella pensaba que estas manifestaciones se debían a su cepillo de dientes y a que casi no tomaba agua.
Finalmente fue al hospital donde luego de ser examinada recibió una noticia demoledora: Su hígado no funcionaba correctamente y todo indicaba que moriría en pocos días.
Fue hospitalizada y horas después presentó ictericia, que es la coloración amarillenta de la piel, signo del aumento de bilirrubina en la sangre por trastornos hepáticos.
Como sus síntomas se siguieron intensificando, los médicos decidieron inducirla a un coma y apuntarla en la lista de espera de trasplantes de hígado de Florida. Por lo adverso de su pronóstico, en doce horas su nombre fue colocado en el primer lugar de ese padrón.
Aunque hubo una pronta respuesta, los primeros hígados disponibles tuvieron que ser rechazados: uno era demasiado grande, otro estaba enfermo y el tercero ya era viejo.
Afortunadamente el cuarto hígado sí fue compatible y Christina recibió el trasplante que le salvó la vida.
Su recuperación ha sido rápida y ahora dedica buena parte de su tiempo a invitar a las personas a registrarse como donadores de órganos:
Si mi donante no hubiese elegido donar sus órganos, yo no estaría aquí ahora. Necesitaba un hígado específico, y la persona que se registró fue mi ángel guardián”.
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Fuente: Televisa